Las leyes injustas no se cumplen, se resisten
Mire Vd. por dónde esa ocurrencia tontorrona de querer imponer una nueva asignatura, aparentemente el más sencillo de los experimentos zapateriles, se está convirtiendo en piedra de toque para saber, definitivamente, de quién se puede esperar algo de coherencia y de quien no saldrá mas que tibieza y medias tintas.
Tenemos aquí en Navarra quienes hablan mucho de personalidad, y de identidad. De políticas recias y de instituciones sólidas. Y a la hora de la verdad, cuando se enfrentan a algo tan infumable como una ley injusta se achantan y hacen una política totalmente amorfa y acomodaticia. Cada dos por tres te salen con eso de que “las leyes están para cumplirse”. Si, de acuerdo, pero es que una ley injusta no es una ley. Aunque lo diga la mitad más uno.
A ver si no nos liamos: el sistema democrático está muy bien para ponerse de acuerdo sobre lo opinable. Está bien para hablar, dialogar, ceder y convivir. Pero no sirve para dar el visto bueno a la matanza de los no nacidos o para cargarse de un plumazo la patria potestad que es lo que hace la EpC. El juego de votaciones mayoritarias no sirve para decidir por encima de la justicia: ¿te parecería bien que la mitad mas uno pudiera sentenciar si tu madre es una mujer de mala vida, por ejemplo? ¿a que no?
Si la democracia es el poder del pueblo es un poder muy venido a menos. Porque quienes tienen voz y voto en el Parlamento tragan el aborto aunque en teoría no están de acuerdo. Tragan con la EpC aunque según parece en la intimidad dicen que les repatea. ¿Por qué no se liberan de tanta tibieza? ¿Por qué no se atreven a decir lo que piensan si es que piensan lo que da la sensación que no se atreven a decir?
Jerónimo Erro