LA VERDURA DE LA MEJANA En la ribera no se suele cantar “verduras frescuas” como en el zortzico bilbaíno sobre las sardinas. Pero no encontraremos rincón del mundo que pueda competir; venga de dónde venga, con nuestras verduras. La Mejana es el no va más. ¿Quién da más?. Pero la hortelanía de toda la Ribera puede dar cara y dignidad donde le llamen. Hizo bien nuestro presidente Don Miguel Sanz en presidir y cerrar las jornadas en la capital de la Ribera. Que no, que no es igual una alcachofa, ni una borraja, ni una acelga (el bledo de los catalanes, que tan poco les importa a los castellanos) ni un espárrago, etc. de esas tierras que baña el Ebro. ¿Habéis probado las cebolletas de primavera asadas bajo fuego de sarmientos en primavera, esas que los catalanes, nuestros compatriotas de siempre, llaman “calsutas”o algo así? La Primavera navarra nos ofrece Verduras y Romerías. Mayo nos sube a Ujué, nos lleva a Roncesvalles, Oímos cantar la jota en la Virgen del Villar y no hay santuario mariano que no se haga eco de cantos y romerías. Pero Navarra sabe que quien sea (alguien lo sabrá) nos está intentando vender no sé y sí sé qué lechuga, entre col y col. No es inocente lo que está ocurriendo en la Volkswagen. No son inocentes ni visitas de ministras ni declaraciones de parlamentarios ¿Saben ustedes que en esta tierra nuestra, siempre se ha convertido uno en navarro por jurar defender el fuero, viniera de dónde viniera? Y así más de mil años. Los que hemos nacido en Navarra o los que se han incorporado a esta comunidad hayan venido de donde vinieran, hemos recibido en herencia milenaria un espacio de libertad para que vivan en libertad nuestros hijos. Cada persona es un referente de ley, eso es el fuero. Y eso es Navarra. Nosotros, como los infanzones de Obanos, debemos permanecer en pié, “gens libera estate”. Tú quieres irte, vete, La casa la tienes cerca. Nosotros preferimos que el precio de la verdura lo tasemos en casa, la educación la controlemos en casa, la economía la produzcamos en casa y luego ya hablaremos, que es mejor cada uno en su casa y Dios en la de todos. Diego de Miranda