Ya tenemos edad para abortar sin permiso paterno pero no lo haremos. Como decano de la prensa electrónica en España –y creo, aunque nunca nos hemos atrevido a decirlo, de la prensa independiente en lengua española- este diario sólo ha tenido dos ideas: 1.Permanecer, para lo cual no puede endeudarse ni perder (se trata de una pyme en estado puro). 2.Defender a Cristo, tarea que solemos a hacer con poca soltura y menor sabiduría pero no se puede pedir más a quien da lo que tiene… salvo que estemos hablando de políticos y contribuyentes. ¿Y en qué consiste el ideario cristiano de un medio de comunicación? Muy sencillo, consiste en sostener, contra toda evidencia, fama u opinión generalizada, que los huevos son huevos. Ahora me explico.
Hispanidad ha entrado en su décimo séptimo ejercicio, peleando con la doctrina del “so”. Luego les explico que es eso de la doctrina del “so”, palabra inventada por la referencia intelectual de Hispanidad que no es sino otro periodista, un tal Chesterton, la mente más profunda de toda la modernidad. Habla de Santo Tomás de Aquino y nosotros nos lo aplicamos con mucho gusto: “
La filosofía de Santo Tomás se basa en la común convicción universal de que los huevos son huevos. El hegeliano podrá decir que un huevo es en realidad una gallina, porque forma parte del proceso infinito del devenir; el berkeliano podría sostener que los huevos escalfados existen como existe el sueño, ya que es tan sencillo considerar el huevo la causa del sueño como el sueño la causa del huevo; el pragmático podría creer que obtenemos el mejor partido de los huevos escalfados olvidando que son huevos y sólo recordando que están escalfados. Pero ningún discípulo de Santo Tomás necesita confundir su cerebro para confundir los huevos de forma adecuada o contemplarlos desde un determinado ángulo, mirándolos de soslayo o guiñando los ojos con el fin de verlos simplificados. El tomista, en la plena luz del día, junto con todos los hombres, cree que los huevos no son gallinas, ni sueños, ni meras suposiciones prácticas sino cosa atestiguada por la autoridad de los sentidos, que procede de Dios”. El ideario cristiano de Hispanidad se resume en eso: en que los huevos son huevos y las cosas son lo que son, en que los ojos sólo engañan a los miopes, los oídos a los sordos y que lo que parece suele ser. Y es que ese es el problema, también en palabra de Chesterton: “
la mayor parte de las filosofías modernas no son filosofía sino duda filosófica”. Y es que el problema de la modernidad no es lo que piensa sino lo que concluye: no concluye nada. Chesterton lo explica así: “
Existe una falsedad y una verdad, la división y el dilema traen el último tipo de guerra en el mundo: el eterno duelo entre el sí y el no. Este es el dilema con el que muchos escépticos han oscurecido el universo y han disuelto la mente para escapar. Son los que mantienen que existe algo que es ambas cosas: sí y no. Ignoro si lo pronuncian ‘so’”. La verdad existe aunque nadie puede obligarnos a beberla. Hispanidad cree que la verdad existe y que la razón humana puede encontrarla. Este es todo nuestro secreto. Es decir, que somos cristianos. No somos buenos cristianos, sino gente de pensamiento cristiano, que es distinto. Es decir, gente que cree que los huevos son huevos, la única forma de huir de la locura.