Que conste que no todo está perdido. Los chicos de La Trova, por ejemplo, acaban de ser profetas en su tierra llenando dos días consecutivos el teatro Gayarre. Cultura de la buena en sana competencia con otras alternativas de ocio como un bonito espectáculo de danza en Baluarte; el ciclo de música de órgano de la Asociación de Amigos del Organo; la feria del libro antiguo y de ocasión del Paseo de Sarasate… e incluso una típica manifa de batasunos que, dicho sea de paso, aburre y ya ni siquiera asusta al personal.
El caso es que los pamploneses de La Trova dieron un espectáculo maduro, mas teatral que musical; con derroche de inteligencia, humor fino y blanco (para todos los públicos) y elegancia. El cuarteto con los hermanos Horno a la cabeza rompe tabúes como que la educación “está desnuda”, algo que todo el mundo ve y pocos se atreven a decir en voz alta. Con humor, ironía y toques calderonianos presentaron un espectáculo apto para todas las tendencias mentales y edades, lo que no es fácil de ver hoy en día. Y todo ello sin tener que quitarse la ropa -como ellos mismos dicen que han conseguido el éxito-. Y es que el actuar con pajarita y triunfar solo lo pueden los buenos. Gracias “troveros” por recordarnos que otra cultura es posible.
Alfredo Urquijo