El fútbol me gusta, pero muy poco. Es un negocio, como la bolsa, y un espectáculo, como el circo, y sin embargo se le sigue considerando ante todo, no se por qué, un deporte. No digo que no haya verdaderos deportistas jugando al fútbol, especialmente en las categorías inferiores y de aficionados, pero esa punta del iceberg deportivo que arrasa en la tele hace mucho tiempo que dejó de ser puro deporte.
En cualquier caso, sea lo que sea me resulta cada vez más simpático ver cómo contradice cada día la masa futbolera la idea políticamente correcta que está tratando de establecer la ideología de igualdad de género. El diputado del PSOE Alberto Cabañes ha presentado una iniciativa en el Congreso para que las niñas jueguen al fútbol y los niños salten a la comba. A este ilustre ideólogo extraterrestre le parece que ha llegado el momento de regular por ley los juegos infantiles del patio del colegio. Es algo tan absurdo que parece una broma pero no, es un ejemplo de a qué grado de reblandecimiento mental puede llegar esa casta de políticos ideologizados que tan bien pagamos entre todos. La euforia de todos los políticos ante las victorias futbolisticas y la ansiedad ante las incertidumbres de nuestros equipos se contradice totalmente con el futuro que están diseñando. Que se enteren todos los que votan a ZP: el PSOE pretende "eliminar los estereotipos y los roles machistas" en los patios de los colegios. Quiere que se elabore una "guía de juegos no sexistas" para implantarlos en los recreos "de los colegios públicos y concertados". Quieren que "niños y niñas se relacionen de nuevas formas, sin reproducir los roles sexistas". Quieren un mundo en el que se prohiba a las niñas jugar "a las mamás" y a los niños "a policías y ladrones". En definitiva, que quieren un mundo feliz y perfectamente igualitario. ¿Y el fútbol?
Jerónimo Erro