Esto de que el año nuevo empiece en jueves es un fraude. ¿Cómo va a ser nuevo un año en estas condiciones? Además, los temas de conversación y análisis que se acumulan encima de la mesa o la pantalla son exactamente los mismos que teníamos en el crítico 2014. Dicen que este año va a ser muy importante, trascendente, crítico. Puede. Pero a mí me parece que el 99,99% de lo que contamos en las noticias de Navarra Confidencial son pura consecuencia, puro efecto, casi mecánico y casi previsible de causas viejas, permanentes y profundas.
Si dejamos algo tan importante como la política en manos de unos comités opacos de arribistas, si renunciamos a tener y cuidar una sociedad viva, con cuerpos sociales capaces de vivir sin subvención, es lógico que inventarse preocupaciones políticas en la víspera electoral sea un esfuerzo tardío e inútil.
Si aceptamos filosofías, doctrinas y teorías políticas que consideran a la persona como un puro individuo, que ignoran la realidad natural de la familia, que desprecian la existencia de principios prepolíticos indiscutibles, es lógico que esa máquina de hacer churros legales en que se ha convertido el Parlamento haga su tarea cada vez más alejada de nuestra realidad íntima, de lo que somos, de lo que desearíamos.
Feliz «Era Cristiana», hasta ahí puedo llegar. Pero a los que están deseando cambiar de Era, que sepan que no van a conseguir nada bueno, a pesar de todos los buenos deseos.