Los ideólogos progres, por ser fundamentalmente materialistas, están dando demasiada importancia a la raza negra de Barack Hussein Obama. Coherentes con su ateísmo practicante ni siquiera se plantean que el alma de Obama es tan inmortal como incolora. Si realmente lo que estuviera en juego fuera la pigmentación de la piel de los altos cargos esa cuestión se habría ya solucionado hace años con el ascenso en el escalafón republicano de Colin Powell, o de Condolezza Rize, negra y mujer además. Pero claro, ya se sabe que las mujeres de derechas son menos mujeres. Margaret Tacher nunca existió. Sarah Palin debería estar en casa con la pata quebrada. Y Yolanda Barcina… que se vaya preparando.
En este viejo reino hace mucho tiempo que no hacemos problema de estas superficialidades. Y eso que tenemos una gran diversidad racial dentro de nuestras mugas. ¿O es que a partir de ahora va a tratar Patxi Zabaleta de postularse como el primer vasco que lucha por alcanzar la presidencia de Navarra?
Jerónimo Erro