Hay que elegir muchachos. No me seáis jetas. ¿Qué es lo queréis conmemorar en el centenario de 1512? ¿Queréis celebrar la feliz reunión de todos los territorios vascoespañoles bajo unos reyes comunes? ¿O por el contrario deplorar la pérdida de la independencia del reino pirenaico de Navarra? O una cosa u otra. Si el baremo para establecer lo históricamente correcto es la independencia del viejo reyno entonces tendréis que condenar públicamente la insolidaridad de los hermanos guipuzcoanos que durante tantos años presumían de los cañones ganados en Velate. Tendréis también que renegar de la estupidez fratricida de agramonteses y beamonteses por dejarse arrebatar entre unos y otros la plena independencia política del reino pamplonés. Pero si lo que cuenta es la vasquidad sacrosanta y a ilusión por crear un estado étnico olvidaos de la conquista porque el reino de navarra no era un estado vasco. Ni siquiera tenía rotulos bilingües. Pintar a los navarros de entonces como imbuidos por un vasquismo irredento es un anacronismo tan burdo como sería imaginárselos a todos con gafas y teléfono móvil.
Jerónimo Erro
4 respuestas
muy correcto su planteamiento
En mi opinión, lo que se celebra es el fin de nuestra independencia, ni más ni menos. Por nuestra propia culpa, probablemente, por enzarzarnos en guerras civiles, sí, pero ese fue el ultimo momento en que los vascones tuvimos un estado propio.
Y no es que los navarros de la época fueran vasquistas ni que hubiera rótulos bilingues, jeje Simplemente hay que constatar que:
Los reyes hablaban gascón, la corte gascón y castellano y el pueblo, euskara. Lo demás son tonterías y prejuicios.
En cuanto a los guipuzcoanos, hay que condenar su perfidia en 1512, pero creo que en 1936 Navarra ya les devolvió la moneda sumiéndolos en los 40 años de oscuridad del franquismo… Así que parece que estamos en paz.
En conclusión, se trata de celebrar lo que objetivamente ovurrió, la pérdida de la independencia.
Lo demás, incluyendo los desaforados intentos de des-vasquizar Navarra que tanto se estilan por ahi, no tienen mucho que ver. Y precisamente ud., señor Erro (Erro=raíz) no debería ignorar la raíz vasca de nuestra ex-reino.
Sr. Lope de Aguirre.
Su comentario tiene cierto sesgo sentimental que, si lo hace base de sus opiniones políticas, devendrá en nacionalismo. Puede que a algunos le parezca un ataque preventivo pero el nacionalismo (español, francés, alemán) es algo muy contagioso y peligroso y me repugna especialmente por sacrificar a las personas a la idea de una mítica nación.
Pero esa no es la cuestión que quería comentar sino unas imprecisiones que pondrían rozar con el anacronismo.
La cuestión lingüística. El pueblo hablaba en euskera o vascuence pero al norte de una linea que marcada por Guesalaz Tafalla y Sangüesa. Al sur se hablaba en romance.
Estatalidad de Navarra. Navarra no llego a ser un Estado porque como sujeto político internacional perecio antes de la creación de un Estado. Era un Reino medieval, como muchos otros en Europa en esa época. Es más, el creador de una forma estatal es Fernando II de Aragón (El Católico que nos tenía muchas ganas) el que mandaba a los invasores.
Perfidia guipuzcoana. No se puede calificar de tal. El contribuir con tropas a su Rey, de acuerdo con las leyes, no me parece perfidia. Entendería que se considere pérfido desde un apriori nacionalista vasco por aquello de las guerras entre hermanos. Pero ese prejuicio es antihistórico. La historia fue como fue y no podemos aplicar calificativos del siglo XXI al XVI.
Guerra de 1936. Mal que le pese la guerra civil fue una guerra ideológica. La ocupación de Guipuzcoa no lo fue en una guerra Navarra-Euskadi. Era una guerra entre españoles fachas y rojos. Asi que no puede ser considera una respuesta a una perfidia previa (por cierto, que rencorosos somos los navarros que guardamos afrentas durante 424 años).
Aniversario de 1512. Sr. Lope yo no celebro acontecimientos negativos. Reconozco que la invasión castellana en 1512 y la posterior legalización de la ocupación por parte de las Cortes de Castilla en 1515 no es algo que me guste celebrar. Me gusta más julio de 1212 que julio de 1512. Sin embargo, más allá de melancolías sobre lo que pudo ser y no fue, creo que debemos conmemorar el acontecimiento que ha marcado los últimos 500 años de la historia de Navarra y que es la base de nuestra actual estructura institucional.
Sr. Iturbide.
Soy plenamente consciente de los errores de bulto, lindando con el anacronismo, que contiene mi comentario. Lo soy porque se trata de apreciaciones que quieren ser el reflejo (en el sentido contrario) de lo expuesto en la columna de sr. Erro.
Así, relativamente a la cuestión lingüística, es totalmente cierto que el sur de Navarra se latinizó y perdió el euskara ya hacia el final del imperio romano. Eso no lo niega nadie, yo no al menos. Pero lo que sí se niega es la euskaldunidad del resto de Navarra, de ahí mi comentario. No hay más que ver las hemerotecas para ver como navarros nacionalistas españoles tratan al euskara como un idioma extranjero o, al menos, de menor categoria que el castellano.
En cuanto a la estatalidad de Navarra, de acuerdo, en puridad no se puede calificar un reino medieval de Estado. Aquí también empleo la palabra como eco de su uso en la columna del sr. Erro.
Respecto a la perfidia guipzcoana, de acuerdo tambien, pero se explica asimismo por su uso en la columna.
En cuanto a la guerra de 1936, si bien lo que expone es cierto, no hay soslayar una realidad subyacente. Fue a partir de esa guerra cuando se separaron definitivamente el nacionalismo vasco del carlismo-tradicionalismo navarros, separación iniciada unos años antes con el fallido estauto de Estella. Así, la participación de los requetés navarros en la conquista de Euskadi tuvo mucho de venganza por no haber apoyado el PNV la sublevación, por seguir en el bando equivocado pese a ser católicos. En los cuarenta años siguientes, las muy franquistas elites navarras, de las cuales es descendiente directo nuestro UPN, cultivaron la diferenciación y el odio a Euskadi y al PNV como una de las señas de «identidad» navarras. Así que en Navarra, de esos polvos vienen estos lodos.
Por lo demás, estoy de acuerdo en celebrar las efemérides de manera positiva y no negativa, pero hágase con rigor. No como en el Museo del Carlismo, cuya historia curiosamente termina antes de 1936, evitando así relatar la participación entusiasta del carlismo navarro en la guerra. No con la insufrible propaganda ultra-españolista con la que nos insulta el Gob de Navarra respecto a 1512 y de la que se hace eco la columna del sr. Erro.