Las asociaciones de teleespectadores llevan muchos años luchando contra el autismo televidente, procurando que los medios de comunicación sean lo que no suelen ser: interactivos. Y una de las acciones que promueven, el diez de mayo, es el día sin tele. El apagón teleadicto es cosa sana, y lo recomendará cualquier médico, o cualquier educador, que se ponga a pensar un poco en ello. No es principalmente una renuncia a lo “tele”, a lo lejano, sino una invitación a lo próximo, a lo inmediato, a lo que percibimos gracias a nuestros sentidos. Por eso esta invitación sería recomendable aunque no hubiera en España un millar de emisoras transmitiendo pornografía dura en abierto, impunenente, siembra inmoral para el próspero negocio del sexo que siempre prefiere lo “tele” y lo fugaz antes que lo cercano y estable. Sería una invitación sensata incluso aunque las emisoras de televisión fueran buenas, aunque no vivieran cargadas de publicidad, aunque no se copiaran unas a otras, aunque solo trataran de difundir las buenas noticias.
Jerónimo Erro