El jueves pasado di una de mis conferencias en una Convención de Directivos de una multinacional sueca que se reunían a 2.500 metros de altura en un hotel de la Pista Llarga de La Molina (Girona). En medio de un temporal de nieve, subir hasta allá arriba no resultaba sencillo: cadenas, circulación lenta, frío… En fin que casi todos los que allí llegamos habíamos pasado alguna penuria en el viaje. Pero llegamos.
 
El Director General les había convocado allí, y allí se presentaron. No corren buenos tiempos para el empleo por lo que nadie quiso "dar el plante" a su jefe en un momento especialmente delicado. Además contaban con la presencia del Presidente de Europa, Oriente Medio y Asia, que también llegó pese a la nieve. A mí me pagaban por ir allí, y allí me presenté. ¿Me apetecía? Pues poco, qué quiere que le diga; aquello de tener que ponerle los hierros a las ruedas del coche, de noche, tirado en la nieve, pasando frío y con las manos hinchadas, pues no mola, pero allí fuí. Es mi trabajo, y es mi obligación. Como era la de ellos.
 
Ayer se celebró en Madrid el aniversario de la Constitución. No había nieve y los chicos de PNV, ERC, ICV, BNG, UPyD y Na-Bai que siempre que van a Madrid van en la confortable clase Business de Iberia, con aperitivo y cava, para que no se cansen en el viaje, dicen que no van. Con un par. ¿Les largarán del curro?, ¿serán los primeros nombres en el próximo ERE que haya en el Parlamento?, imagino que sí ¿no?, ¿o acaso son distintos al resto de trabajadores?, ¿no les pagamos nosotros?… Pues si no les gusta su trabajo, que se piren… Es muy fácil. Dices: Mañana no vengo. Te compras el periódico el domingo, buscas en las páginas salmón los anuncios de trabajo, y metes tu CV en Infojobs… Y a esperar… aunque ya les digo, que no son buenos tiempos…