A medida que se va adelantando en el debate público sobre la imposición de la asignatura Educación para la ciudadanía, me voy dando cuenta de la necesidad de esta asignatura y no, precisamente, para los hijos de los padres objetores sino para los que la promueven, es el caso de algunos miembros del Gobierno y del partido y partidos afines, el de las Juventudes Socialistas y su video, así como el de algunos medios de comunicación. Con referencia a éste últimos aspecto leía una carta de una lectora que publicaba un medio de gran difusión: “Tengo una propuesta sincera para el Gobierno, referente a los objetores de ésta asignatura: quien no quiera que sus hijos la estudien, que le retiren la ciudadanía (la nacionalidad, para entendernos)”.
Sin duda, nos están dando una lección de democracia, de respeto al pluralismo, de talante, etc. ¿No les parece que son, efectivamente, estos los que necesitan lecciones de ciudadanía de la buena y que no impongan su ideología de género y su moral relativista a los que no sólo nos consideramos sino que efectivamente somos buenos ciudadanos?