Lokarri y dejar de asesinar

Se han reunido aproximadamente 50 personas de la comunidad euskaldun y del ámbito de la cultura, educación, deporte, así como de movimientos sociales, han mostrado su adhesión a la Declaración de Bruselas al entender que se puede lograr la paz, según ha dado a conocer Lokarri. Lokarri se autodefine como una organización social, independiente y plural que lucha por la paz ( que incongruencia luchar por la paz) y la normalización de la convivencia en Euskal Herria. ¿Quién impide la convivencia en PAZ, si escoltas, sin pintadas, sin someterse al punto de mira?.

El nombre de Lokarri responde a: «lo que sirve para unir». La función, y el proyecto que presenta además de la propia denominación de esta red de ciudadanos se vinculan a este grupo como compromiso que pretende reflejar la voluntad de la sociedad que dicen mayoritaria de acuerdo, consulta y reconciliación. A ellos se puede contestar y aconsejar: “acuerdo”, si, pero unilateral, entregando las armas; “consulta”, ¿quién pregunta a las viudas y a los huérfanos?, claro que resulta más fácil preguntar a los vivos que a los muertos; “reconciliación”, ¿cómo reconciliamos cadáveres?.

Amigos de Lokarri, dicen ustedes que “la conciliación deseable es aquélla que se asiente en un acuerdo suficientemente amplio y plural que pueda ser ratificado por la sociedad en consulta popular”. Vamos que lo que buscan es la independencia a través de un referéndum, ¿a quién quieren engañar?. La conciliación que dicen es inevitable, “después de tantos años de conflicto destructivo” con muchas víctimas “inocentes”, sería aquélla en la que fuese la propia sociedad la que tuviera que pronunciarse directamente ante un desacuerdo infinito de los partidos políticos o un deterioro imparable de la situación; el desacuerdo, pasa por la muerte de unos a monos de otros, y el deterioro en el miedo de unos infringido por el chantaje de otros.

La PAZ, pasa por la rendición, si son soldados, “gudaris”, la paz, la verdadera PAZ pasa por rendirse como banda, que ha perdido la batalla sin razón, y la guerra infundada.

 

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