Es lógico que una madre pida a sus hijos, es parte de su vocación de servicio, pide para poder seguir sirviendo. Es lógico pero no es frecuente, las madres siempre dan y pocas veces piden.
Tengo una familia numerosa y conozco bien la relación entre ingresos y gastos y ya se ha encargado hoy la prensa de recordarme que han subido el calzado, el vestido, la alimentación y la enseñanza… Y yo a mi vez de recordar a mis vástagos que hay que organizarse para poder llegar a todo cuando todo sube.
Y por eso entiendo la llamada que la Iglesia realiza este día, son muchas las necesidades que como madre tiene, y también somos muchos sus hijos, los que acudimos a ella siempre para pedir, y que de vez en cuando caemos en la cuenta de que también podemos dar, este es el momento. Porque las necesidades de la Iglesia son siempre las nuestras y nada de ella nos es ajeno este día debemos celebrarlo como los mejores: dando todo lo que podamos.