El pasado sábado caminaba por el paseo de Sarasate cuando me sorprendió ver una pancarta que ponía «El Ayuntamiento contra la Solidaridad». Mi primera reacción fue de extrañeza y me quedé a ver lo que decían desde un megáfono. El Movimiento Cultural Cristiano, de la Iglesia Católica, denunciaba que el Ayuntamiento les había mandado a la policía municipal para levantarles el puesto solidario que solían poner en esa plaza, y que desde hace dos años los problemas han sido crecientes. Denunciaban también en un octavilla que el Ayuntamiento permite ocupar el paseo al Corte Inglés y otras actividades comerciales, pero que lo prohibe a la solidaridad. No entiendo por qué el Ayuntamiento pone dificultades a unas actividades solidarias sin ánimo de lucro y que abogan claramente contra la violencia del terrorismo, el aborto o el hambre, como rezaba otra de sus pancartas. Parto de la base de que la libertad de expresión en la plaza pública no es una gracia que conceda el Ayuntamiento a quien le parezca bien, sino un derecho de los ciudadanos. Confío en que el Ayuntamiento rectifique.