Como quizás no tiene un grupo de corifeos adecuado ni interesa a cierta prensa local definitivamente alejada de la realidad que le circunda, la actuación de nuestro diputado señor Carlos Salvador no ha sido suficientemente destacada.
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Su intervención el pasado día contra la ministra Aído en la que le echaba en cara la falta de consenso y otras joyas constituye un ejemplo a seguir, además del mayor alegado a favor de la vida que se ha escuchado en el Congreso de los Diputados en mucho tiempo. Claramente, sin ambigüedades, el señor Salvador “sacó lo colores” a toda la ley absurda de muerte, enfrentada a la sociedad, enfrentada a las opiniones de los científicos, enfrentada en definitiva a la propia esencia y existencia del ser humano sobre el planeta Tierra.
Su intervención el pasado día contra la ministra Aído en la que le echaba en cara la falta de consenso y otras joyas constituye un ejemplo a seguir, además del mayor alegado a favor de la vida que se ha escuchado en el Congreso de los Diputados en mucho tiempo. Claramente, sin ambigüedades, el señor Salvador “sacó lo colores” a toda la ley absurda de muerte, enfrentada a la sociedad, enfrentada a las opiniones de los científicos, enfrentada en definitiva a la propia esencia y existencia del ser humano sobre el planeta Tierra.
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Gracias Carlos por su claridad, por su bonhomía y por no tener pelos en la lengua a la hora de defender a aquellos que no tienen voz porque los sesudos adultos no se la vamos a permitir tener nunca.
Gracias Carlos por su claridad, por su bonhomía y por no tener pelos en la lengua a la hora de defender a aquellos que no tienen voz porque los sesudos adultos no se la vamos a permitir tener nunca.
