Las detenciones se llevaron a cabo al oeste de Francia, cerca de la ciudad de Angulema. La ruptura del alto el fuego de ETA, parece haber dado inicio al auténtico proceso para poner fin al terrorismo. Un proceso que, aunque largo, duro y difícil, acabe con hasta el último etarra en la cárcel. Puede que, al fin, el gobierno haya entendido que los únicos etarras que seguro que ya no ponen bombas son los que están en la cárcel.