En la constante sucesión de escenarios y jugadas hipotéticas en la que estamos viviendo, una de las posibilidades que se plantea es la de que Bildu no permita la investidura de Chivite para sacar del tablero a Geroa Bai y Uxue Barcos, a fin de quedarse en Navarra con la práctica totalidad del negociado nacionalista.
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Desde luego Bildu podría sencillamente oponerse a la investidura de Chivite por la misma razón que Navarra Suma, para evitar convertirse en un títere de los socialistas y pasar a formar parte de una política del balancín en la que, a la par que relegados a la condición de apestados, el que te marca como apestado encima se aproveche de tí para gobernar y sacar adelante su programa sin pactar nada a cambio. Pero en este momento hablamos de una razón adicional y de naturaleza distinta que tiene Bildu para oponerse a la investidura de la líder socialista.
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Al margen de lo que suceda con Chivite, a Bildu le interesa sacar del gobierno a Geroa Bai. Que Geroa Bai esté en el gobierno o influyendo en el gobierno y pactando con el gobierno mientras Bildu se queda fuera es un escenario que favorece mucho a Geroa Bai. A Bildu le interesa en primer lugar acabar con el liderazgo de Uxue Barcos, cosa medio conseguida y aún quizá poco valorada por los analistas, ya que habrá que ver qué queda del tirón electoral de Geroa Bai sin Uxue Barcos. Sin embargo, eliminar definitivamente del circuito a Geroa Bai sería más sencillo quitándole totalmente el poder y haciendo que pasara a la oposición. De este modo Geroa Bai se quedaría sin todos los recursos e influencia que proporciona el poder, se encontraría en las mismas condiciones que Bildu, se encontraría sin líder y se encontraría sin cuatro años de margen para ir pilotando la transición hacia el postbarquismo desde el gobierno.
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Obviamente a Bildu le interesa este escenario, incluso aunque que consideraran maravilloso convertirse en balancín apestado y mudo de Chivite cuando fuera a ellos y no a Navarra Suma a quienes necesitara, cosa que por otro lado también es dudoso que resultara maravillosa. Obedecer al PSOE durante cuatro años habría que pensar además si es algo capaz de avalar el propio electorado de Bildu.
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No olvidemos que en Navarra, históricamente, la izquierda abertzale ha tenido una presencia electoral mucho mayor que la del PNV, hasta que se cruzó en su camino por un lado la ilegalización y por otro la creación de Nafarroa Bai, y dentro de Nafarroa Bai una clave de su éxito es sin duda Uxue Barcos, nos guste más o nos guste menos. Cuando la izquierda abertzale volvió a la pista de juego en 2011, se encontró con que había perdido la primacía del electorado nacionalista, la caída de Geroa Bai y Barcos sería claramente la ocasión de recuperarla.
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Como consideración final, el rechazo de Bildu a la investidura de Chivite es al mismo tiempo la única puerta de salida airosa para Chivite, si por fuerza mayor debe aupar a Navarra Suma, por lo que tampoco cabe descartar que llegado el momento, si no sale espontáneamente de Bildu el rechazo, sea la propia Chivite quien lo provoque.
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El diario El País aseguraba ayer, citando fuentes socialistas, que el PSN permitirá a Navarra Suma que se haga con la alcaldía de Pamplona, sin renunciar por ello al Gobierno de Navarra. La cabeza rodante de Asirón por el pavimento puede ser una señal para Bildu, que de todos modos tendrá que decidir si se trata de una señal para que reviente la investidura de Chivite, o si no es tal señal pero entonces es que el PSN espera que la respuesta a la decapitación de Asirón sea un cheque en blanco para Chivite como premio.
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Por si fuera poco, ayer el PNV y el PSE alcanzaron un pacto que petrifica el poder del PNV en la CAV y expulsa a Bildu de todas las instituciones vascas. Si la consecuencia en Navarra es asumir voluntariamente el apartheid y apoyar además a un gobierno del PSN y de PNV-Geroa, a lo mejor es que el gusto a ser maltratado por los socialistas empieza a convertirse en una curiosa epidemia de la que ni la izquierda abertzale se libra.
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