Un hombre de nacionalidad rumana ha sido detenido en Pamplona como sospechoso de una violación que tuvo lugar en la madrugada del sábado al domingo el 18 de septiembre en el barrio de Iturama.
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La juez de guardia decreta prisión provisional para un detenido acusado de una violación en plena calle a una mujer en Iturrama https://t.co/HOoN9OFt2R
— Pamplona Actual (@Pamplonaactual) October 17, 2022
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La detención de este rumano vuelve a poner el foco en el problema de la delincuencia de origen inmigrante, porque efectivamente existe un problema en ese sentido. Defender a la mujer es cualquier cosa que no sea negar eso.
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No podemos olvidar, sin embargo, que uno de los protagonistas de las noticias de la semana pasada fue otro inmigrante, un cubano que se enfrentó con una bandera española a toda una agresiva manada abertzale. Entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos de inmigrantes?
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Obviamente tan absurdo es pretender que todos los inmigrantes son buenos como que son malos. Si no todos los inmigrantes son buenos, no tiene sentido no poner filtros de entrada. Si no todos los inmigrantes son malos, tampoco tiene sentido incurrir en actitudes xenófobas. Xenófobas de verdad, no cualquier cosa que la inquisición izquierdista llame actitudes xenófobas.
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Por lo menos en la noticia de hoy los medios especifican en general que se trata de un detenido rumano. Pero la cuestión debería ir un poco más allá. ¿Es la primera detención de esta persona? Porque si fuera la segunda o la tercera, por esta causa o por otra, a lo mejor nos podríamos haber evitado esta agresión sexual. ¿Qué sentido tiene seguir acogiendo a una persona en cuanto se convierte en un delincuente?
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La pregunta de hecho es cuántos antecedentes tiene cada agresor sexual de origen extranjero cuando comete su primera agresión sexual. Si el gobierno quisiera podría hacer el cálculo. ¿Cuántas agresiones sexuales se podrían haber evitado el año pasado si el agresor hubiera sido expulsado de España tras la comisión de su primer delito? De todas las agresiones pasado el primer delito sin ser expulsados, la culpa del buenismo criminal. El buenismo cuesta vidas y agresiones sexuales. El buenismo pone en jaque la seguridad. El buenismo es por tanto responsable. Obviamente para poder echar a alguien hay que saber de dónde viene, por lo que no cabe entrar al país sin control.
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Esto no es xenofobia ni una causa general contra la inmigración. Por el contrario, se trata de personalizar las responsabilidades para ser justos con los inmigrantes, para separar a los buenos de los malos, para garantizar la seguridad y precisamente para evitar la xenofobia y las causas generales contra la inmigración. Es más, un inmigrante que vive en España y tiene una hija, ¿qué interés puede tener en no echar del país a un inmigrante que comienza una carrera delincuencial? Las noticias no revelan la identidad de la víctima de la agresión en Iturrama, pero perfectamente podría ser también de origen inmigrante. El progresismo barato desprotege tanto a los españoles de cuna como a toda la población inmigrante, de hecho puede que a esta segunda incluso mucho más aún.
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