Quieren darle el premio Nobel de la Paz al movimiento Black Lives Matter. Es más, muy probablemente se lo den, con permiso de Greta Thunberg. Si hasta ahora el presidente los EEUU se puso de rodillas con el puño en alto en señal de sumisión. Quien ostenta semejante poder, puede repartir a los premios Nobel a voluntad.
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A raíz de esta noticia muchas personas en las redes sociales han recordado el premio Nobel de la Paz otorgado a Obama nada más llegar a la presidencia. Alguien pensará que es injusto darle el premio Nobel a alguien nada más llegar a la presidencia, antes de haberle dado tiempo ni a estrenar las sábanas, pero en realidad mucho mejor que se lo dieran en cuanto llegó sin esperar a que empezara a bombardear Libia, por ejemplo, o Siria. En el acto en el que Obama recibió el premio Nobel de la Paz, por otro lado, ya había declarado que “la guerra a veces es necesaria”, a modo de premonición. Afortunadamente es muy fácil saber cuándo un bombardeo es necesario y bueno y cuándo no. Es bueno cuando lo inicia un presidente progresista y cuando le dan un Nobel de la Paz.
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Por supuesto si algo ha marcado a las protestas que han seguido al Black Lives Matter ha sido la terrible violencia desencadenada contra personas y establecimientos en las principales ciudades de los EEUU. Los heridos y muertos se contaron por decenas. Durante semanas los militares en las calles y las columnas de humo caracterizaron el paisaje urbano estadounidense. Toda esa violencia, sin embargo, ha sido premiada en las urnas. Normal que también lo sea mediante la concesión de premios internacionales. Si se nos permite el juego de palabras, blanquear la violencia del Black Lives Matter es un asunto urgente en la agenda política progresista ya que es una de las claves de la victoria de Biden.
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Hablando de blanquear, otra cuestión interesante al hilo de esta noticia sería preguntarse qué es ser negro. O sea, ¿ser negro es como ser mujer? Y por tanto, si se puede ser una mujer con pene, ¿se puede ser un negro de color blanco? ¿Existe una raza sentida como un sexo o un género sentido? ¿Existen realmente los blancos y los negros o es una construcción social del heterocapitalismo vaticanista presentando un modelo racial binario artificial? Hasta que el progresismo se convirtió en discurso dominante solíamos saber de lo que hablábamos cuando nos referíamos a una mujer o un negro. Ahora sabemos lo que es un premio. Hemos ilustrado esta reflexión con la imagen de este hombre negro en el océano con una jirafa en brazos junto a su bicicleta verde, como signo de los extraños tiempos que estamos viviendo.
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