EL REVOLCÓN Entiendo muy bien que a los que no han mamado desde niños ni estudiado después con cariño e interés esa peculiar y ancestral forma que tenemos los navarros de gobernarnos y de integrarnos en España, les resulte muy difícil de entender nuestra peculiar situación. Por eso y porque estamos en tiempos de relativismo generalizado en lo moral, filosófico, artístico y también, como no en lo histórico, son muchos los que se fijan en nosotros, incapaces como digo de entender nada. El último ha sido el compañero de partido del Sr. Chivite y consejero de economía de la Generalidad de Cataluña Antoni Castells, quien ha pedido que nuestro Viejo Reino se someta al sistema fiscal común… Son incapaces de comprendernos porque su aproximación a nuestros derechos históricos se basa exclusivamente en una oculta ambición de igualar nuestro régimen económico, prescindiendo de todo lo que explica, da contenido, y sustenta nuestra singularidad fiscal. Creo que una inmensa mayoría de los navarros entendemos y explicamos nuestra foralidad, yo al menos así lo oí siempre en casa, como algo parecido al matrimonio (el de toda la vida), en que dos personas se unen para formar una unidad inquebrantable (España), unidad sustentada en el máximo respeto y lealtad a la singularidad de cada uno de los cónyuges. Pero a la vez, ambos dedicarán sus esfuerzos y afanes, al nuevo proyecto matrimonial y para salvaguardar su unidad serán capaces de todos los sacrificios. En el camino se encontrarán dificultades y desasosiegos así como satisfacciones y alegrías, entre las que también se encuentra el compartir lecho. Se me antoja que los nacionalistas catalanes no nos entienden porque son incapaces de comprender nuestro proyecto vital de recia foralidad y comprometida españolidad. Así, se fijan en los aspectos más gratificantes y lustrosos de nuestro régimen, obviando que no se puede separar una cosa de la otra, es decir que no puede haber foralidad sin españolidad (esto ya lo descubrió el PNV hace un cuantos años). O sea reclaman fiscalidad, derechos históricos, régimen paccionado, etc… pero no quieren ni oir hablar de proyecto común, compromiso mutuo, responsabilidad compartida, solidaridad, etc…. En fin, que lo que pretenden es un cameo, un revolcón; el aquí te pillo y aquí te mato, y si no lo pueden conseguir, pues eso, lo del perro del hortelano… pues no Sr. Castells, por ahí no pasaremos los navarros, nos mantendremos fieles a ese proyecto común llamado España, ejerciendo con firmeza nuestros derechos pero también nuestras obligaciones. Y a ustedes a ver si se les pasa ya el “calentón fiscal“. Mikel Goñi