No recuerdo cuánto hace ya que no comparto algunas decisiones de don Miguel Sanz, aunque a su favor diré que a menudo las comprendo. Lo que no se puede tolerar es que desde Nabai e IU, a cuenta del pacto para achicar del espacio público a los violentos, le digan a Miguel Sanz que se aprovecha políticamente de la violencia. Lo cual, por otra parte, no es nada nuevo. Todos recordamos cuando a quienes nos oponíamos al vergonzoso proceso-trampa de Zapatero, por decir lo mismo que ahora dice todo el mundo, sistemáticamente se nos acusaba nada menos que desear que ETA siguiera matando. Muy explícitamente, para que nadie diga que me lo estoy inventando, recordaré por ejemplo las palabras de José Antonio Rubalkaba, portavoz del PNV en el Parlamento Vasco: “Están ustedes muy cómodos, y es triste tener que decirlo, con que ETA siga existiendo. Aunque les peguen a ustedes, aunque les violenten, aunque les asesinen: parece que están mucho más cómodos con la existencia de ETA que sin la existencia de ETA”. Esta es la alucinante forma en que los abertzales contemplan el asunto del terrorismo vasco: que las víctimas del terrorismo vasco están cómodas, desean que les peguen, les violenten y les asesinen. Frases como ésta descalifican democráticamente por completo a un partido y a las bases que les votan. No sólo democráticamente, sino también humana y moralmente. Y ayer los nacionalistas vascos volvieron a utilizar este mismo discurso para atacar a Miguel Sanz. Naturalmente a ellos no les matan. ETA les niega cruelmente a ellos esa comodidad y esa alegría. Si un día empiezan a matarles a ellos, a ver si entonces les parece tan estupendo. Por lo demás, es fácil convertirse en objetivo de los etarras si se quiere, tan sencillo como llevarles la contraria. No como ahora que buscan lo mismo: sentar al gobierno español en una mesa de negociación donde, a cambio de dejar de matar, se les conceda la territorialidad y el derecho a la secesión. Por eso el propio Zabaleta reconoce abiertamente que no quiere la derrota policial de ETA. Eso sí que es utilizar la violencia para conseguir sus objetivos. Y a punto han estado de conseguirlo.
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Adolfo Pérez-Jacoiste