EL ESTATUTO DE CATALUÑA DESDE EL AMEJORAMIENTO La Constitución de 1978 contempló la posibilidad de un desarrollo competencial autonómico, lo que dio paso a que toda España se constituyera en diversas Comunidades Autónomas. Hasta ahí se creía mejorar la gestión de gobierno del único Estado a través de las instituciones territoriales. Estas instituciones pretendieron aglutinar territorio e historia si bien en ocasiones esta conjunción no fue bien interpretada. Así el viejo reino de Navarra se pretendió, por algunos, que fuera integrado en la Comunidad Autónoma Vasca con sentido expansionista territorial y a la vez sin criterio histórico. Algo parecido ocurrió en el área catalana. De momento Cataluña, con sus cuatro tradicionales provincias se contentó con ser una Comunidad Autónoma a la espera de una expansión si no territorial, de momento, sí competencial hasta proclamar en su proyecto de Estatuto 2005 que Cataluña es una nación. Por su parte, el viejo reino de Navarra, siguiendo su trayectoria histórica elaboró su Amejoramiento del Fuero que proclama su solidaridad con los demás pueblos de España. Navarra es una Comunidad Foral en armonía con la unidad de la Nación española, en tanto que Cataluña pretende ser nación por si misma. No es bueno entrar en definiciones acerca de qué es una nación, quienes son nacionales, o si se puede ser nacional de varias naciones. Un galimatías ¿verdad? Si lo que se pretende es señalar el hecho diferencial del grupo socio-político catalán no hará falta pensar demasiado y no hay ocho ni más o menos palabras que circunden o califiquen a la nación para lograr una constitucionalidad forzada, sino denominarla, como lo fue en su historia, simplemente Principado. El Principado de Cataluña y el Reino de Navarra han tenido, y pueden tener su encuentro con el resto de nacionales de España. Otra cosa es pretender engañar al resto de españoles o realmente dar el tercer paso secesionista de la historia catalana. El bagaje plural de la historia española que ha sabido mantenerse hasta ahora, no parece prudente romperlo en trozos antagónicos e insolidarios. [i]Joaquín Sahasti[/i]