El sistema educativo navarro lidera los sistemas de las Comunidades autónomas. Allí por dónde los analicemos, allí que el navarro ocupa la primera posición o, en el peor de los casos, una de las dos primeras posiciones disputándosela con el del País Vasco. En su conjunto el sistema educativo navarro se puede codear con los mejores de los países de la UE.
Sin duda que estos resultados no son imputables exclusivamente a las acciones de un Gobierno, de una administración, ni tan siquiera de un período extenso de tiempo. Son el resultado de un interés secular de Navarra por la educación. El hito inicial puede quedar fijado en la Ley 22 de las últimas Cortes del Reino de Navarra de 1828 que creó la Junta Superior de Educación con el mandato de “formar un reglamento uniforme para la dirección metódica de todas las escuelas de primeras letras de Navarra”.
Estos resultados se justifican por el interés de los Ayuntamientos navarros de disponer una escuela bien dotada, con los maestros más capacitados y mejor pagados. No en vano se reservaron la capacidad de seleccionar a los maestros. El maestro de la escuela no era el que llegaba, sino el que era especialmente seleccionado por la corporación. No es de extrañar, por tanto, que Navarra haya tenido siempre unas altísimas tasas de escolarización y los índices más bajos españoles de tasas de analfabetismo.
La Diputación Foral tampoco estaba desvinculada. Sin tener competencias exclusivas, disponía de una Dirección de Enseñanza que colaboró intensamente con el Ministerio de Educación ya sea completando la actividad ordinaria que éste desarrollaba en Navarra, ya con iniciativas propias. Dignos de ser destacados son los convenios de construcciones escolares que dieron lugar a una modélica red de centros y el Patronato de Formación Profesional. Éste, con la ayuda, nunca suficientemente reconocida, de los Salesianos, los Jesuitas, la Congregación de Hermanos de las escuelas Cristianas y las Hijas de la Caridad, mantuvo una extensa red de formación profesional muy cualificada.
El ámbito universitario tampoco fue olvidado y ahí permanece la Universidad de Navarra, la UNED, inicialmente gestionada por ella, y las escuelas universitarias, actualmente integradas en la UPNA, promovidas y apoyadas por la DFN.
Ya en tiempos más recientes, con la universalización de la enseñanza básica y la extensión del régimen de subvenciones a los centros, no olvidó la presencia del importante sector educativo de iniciativa social, ayudándolo y promoviéndolo. En 1978 aprobó un sistema de ayudas directas a las familias que tuvieran hijos en centros no estatales. Alcanzaba a los alumnos escolarizados en todos los niveles no universitarios. Fue sin duda una interesante acción de cheque escolar pionera en España que duró hasta el año 1985 en el que fue sustituido por la ayuda al centro.
Especial sentido, en esta singular personalidad del sistema educativo navarro, adquiere los pactos educativos establecidos entre el PSN y UPN en 1988, aún vigentes, que explican el acogimiento en el régimen de conciertos a todos los centros y aulas que estuvieran en funcionamiento con módulos de financiación muy superiores a los rácanos y escuálidos establecidos con carácter general. También, la ley 11/1998 que aprueba la subvención a los bachilleratos.
Este secular interés de Navarra por su educación ha dado lugar a una cultura de leal colaboración de la enseñanza de iniciativa social y la pública que justifican muchas decisiones políticas que, por exigencia del espacio, no puedo exponer y que han tratado con criterios semejantes a una y otra, en aras de la libertad de elección de enseñanza y de centro.
Ahora, algunos partidos oyen los cantos de sirena vinculados con las próximas elecciones, se miran de reojo olvidando hacerlo de frente al sistema educativo, a sus resultados contrastados, les entra un tembleque en la entrepierna y pretenden descubrir el Mediterráneo. De momento quieren modificar sin motivo aparente la ley del vascuence y han pretendido negar los conciertos. Mañana atentarán contra la libertad de enseñanza por la simple razón de que la libertad les molesta.
Un comentario
Un gran artículo. Me parece un acierto señalar que el mimo en la educación de los navarros viene de mas atrás en el tiempo que el gobierno de tal o cual partido, y me parece aún mejor que ese detalle lo tenga un exconsejero, casi «obligado» a apuntarse tantos.
Me permito complementarlo con dos recuerdos sobre el asunto: uno para las numerosas «fundaciones» estructuradas en torno a legados testamentarios, por la que personas adineradas de los pueblos de Navarra dejaban algún dinero o títulos de deuda para pagar los estudios de los chavales del pueblo, y otro para el generosísimo Julián Gayarre, que pagó de su bolsillo las escuelas de Roncal. Antes , cuando un navarro tenia suerte en la vida, sentía una obligación de ayudar a los demás. Ahora prefiere irse a pijear a Gorraiz.