De este modo se han llevado a cabo programas dirigidos a residencias, colectivos sin techo, transeúntes, talleres ocupacionales, programas de mujer, de juventud, residencias para familias, programas de vivienda, atención a problemas de ludopatía o proyectos de solidaridad con todos los pueblos mediante campañas de emergencia, actuaciones en países en vías de desarrollo, etc.
Los ingresos de que Cáritas se ha nutrido para ello han sido: Socios 643.639,79 €. Donaciones 337.500,97 €. Campañas 817.697,10 €. Centros 964.514,48 €. Subvenciones 395.368,75 €. Otros 408.278,61 €. Lo cual hace un total de 3.566.999,70 €.
Quienes hemos tenido la oportunidad de conocer de cerca las actividades de colectivos de todo tipo, así como sus prioridades en el gasto, las fuentes de financiación empleadas y medios para obtenerlas, no dejamos de admirar que algunos como Cáritas, a través de sus propios medios fundamentalmente y sin duda con la generosidad -o mejor justicia- de miles de navarros, sean capaces de aglutinar con tanta eficacia tal cantidad de voluntades y esfuerzos con la entrega incondicional de colaboradores, voluntarios, socios, etc. Y ello sin hacer ruido, sin alardes, sin buscar el aplauso.
De todas las cifras destaca un dato revelador: un 11,08 % de todo su presupuesto es lo que Cáritas obtiene mediante subvenciones públicas. Es decir: casi un 90 % del dinero preciso para subvenir a las necesidades del prójimo es conseguido por esta entidad “apañándoselas” sin acudir al paternalismo instalado de modo casi endémico en nuestra sociedad-Estado del bienestar.
Si todas las organizaciones actuaran con esa filosofía, posiblemente las cosas irían mejor. Particularmente para quienes más necesitan, que se beneficiarían de una mejor distribución de los recursos. Esto es progresismo, y lo demás… que cada cual juzgue.