Cuando van remansándose las aguas turbias del tiempo electoral repesco -gracias a la sugerencia de un lector amigo- el artículo editorial que publicaron justo después de las elecciones en cierto diario progresista con sede en la Cuenca. Se hacían en él varias elucubraciones sobre lo que han querido decir los navarricos al depositar su voto. Como si en vez de votos fueran cintas de casette o cartas a los Reyes Magos. Olvidando que un voto no es mas que un papel mudo, sólo una sigla que se recuenta sin matices y que no nos puede aclarar si dentro de tres años tendremos por fin ese tripartito nazional-socialista que tanto anhelan. En cualquier caso lo más emocionante de la editorial es la galería de adjetivos que dedican a cierta coalición “vasquista, abertzale y progresista”. Y cómo se felicitan por el hecho de que no haya sufrido tanto el tsunami bipartidista como ERC, IU, PNV o EA. “Posiblemente -plantean- por la frescura de su discurso y por la fuerza de unos candidatos capaces de conectar directamente al electorado tradicional con las nuevas generaciones. Su apuesta integradora, ética y plural, alejada de cualquier dogmatismo esencialista y firme y sin complejos ante toda vulneración de derechos humanos o civiles ha sido una bocanada de aire fresco en la política foral y también en el Estado”. Palabras bellas, sin duda, candorosas y hasta casi diría que monjiles. Así es la corrección política. ¿Conseguirán engañar a alguien?. ¿Es que a estas alturas no sabemos todos qué quiere decir eso de “vasquista, abertzale y progresista?
Jerónimo Erro