UN PROCESO LARGO Y DIFICIL “Sin ETA toda acción política es posible” ha dicho el presidente Rodríguez Zapatero entrevistado por la SER. Lo malo es que estaba hablando de Navarra. Y que llueve sobre mojado. A lo mejor el presidente quería decir que cuando no exista esa fuerza manipuladora y agresiva entonces la gente actuará con mayor libertad y la política fluirá plácidamente. Si quería decir eso estamos de acuerdo (aunque sabemos que hay otras cosas manipuladoras y agresivas además de ETA). Pero si lo que ha querido decir es que la desaparición de ETA tiene alguna relación, aunque sea remota, con propuestas políticas del Partido Socialista que tiendan a modificar la realidad institucional de Navarra, entonces lo mínimo que podemos hacer es protestar. Porque esa inocente frase, aunque empiece con un prometedor “sin ETA” nos sugiere que para Zapatero ETA es un problema político. Nosotros siempre hemos pensado que no es un problema político, sino un problema moral; el problema de unos políticos que actúan de forma criminal utilizando métodos vergonzosos, cobardes e inmorales. Y visto así el problema no hay mucho más que hablar. Un grupo terrorista, por definición, no puede estar inactivo. O actua o se disuelve. O da miedo o da pena. O provoca el terror o causa risa. Y si se anuncia y se ratifica un “alto el fuego permanente” entonces es lo mismo que si se hubiera disuelto del todo. Por eso tiene tanta importancia la cuestión de las cartas, porque conviene mucho saber si han parado ya o si todavía no lo han hecho. Todo esto lo saben y lo piensan los politiquillos nacionalistas. Saben que ya les queda poco cuento y poco tiempo. Por eso les encanta hablar de “proceso largo y difícil”. Les gusta magnificar la cuestión y engordar verbalmente el “conflicto” elucubrando sobre presuntas raíces de injusticias históricas totalmente manipuladas y refiriéndose a choques culturales dramáticos que sólo existen en su cerebro. Y los socialistas están entrando en el juego, porque necesitan a los nacionalistas para acceder de nuevo al poder en Navarra. Pero la realidad es mucho más sencilla. Los etarras constituyen un grupo terrorista marxista que nació al amparo de la guerra fría, financiado por los países del bloque socialista, en medio de un pueblo católico sumido en una profunda crisis religiosa, y en una sociedad inmersa en una grave crisis política y económica. La excusa étnica era tal vez lo menos definitivo. Ahora las cosas han cambiado. El bloque comunista cayó. La gente católica pasó la crisis y ahora tiene todo mucho más claro. Y aquella sociedad, para bien y para mal se ha estabilizado. Por si todo esto fuera poco surgen nuevos problemas como la inmigración o el terrorismo islámico. Al lado de las salvajadas suicidas de los terroristas islámicos el de ETA se había convertido en un terrorismo cutre y mediocre. No es casualidad que ETA haya dejado de matar después del 11-M. ETA era el único grupo terrorista europeo en activo y tenía los días contados pero unos y otros nos quieren hacer creer que está en marcha “un proceso largo y difícil”. ¿Quién y por qué no lo prefiere corto y fácil? Jerónimo Erro