El consejo de ancianos ha presentado a la plebe pamplonica cinco carteles para que podamos elegir libremente. ¡Qué gusto vivir en democracia! Cinco carteles con cuernos, cinco con toro, cinco con el tricolor anarquista: rojo-negro-blanco.
Pero todavía nos queda un atisbo de esperanza. Como el hambre que aguza el ingenio así luchan por salir a flote el sentido común y el amor a la belleza de las cosas cuando se ofrece la menor oportunidad. El resultado está pues cantado: ganará el cartel número cuatro. Es el menos original, el menos atrevido, el menos innovador, el menos vanguardista, el menos extravagante. Es el más bonito. Un toro persigue a un mozo sobre una alfombra roja mientras este guía a la bestia hipnotizada con un pobre bastoncillo de papel de periódico. La prensa contra la noticia. La letra contra la fuerza. La luz blanca contra la oscuridad negra. El pensamiento contra la embestida ciega. Son analogías antiguas como salidas de un cuento infantil. Y lo mejor es que nos las han dibujado en un cartel bonito así que su elección es algo que reconcilia a uno con la democracia. Con esa hermandad incorruptible de la gente que no quiere las cosas feas.
Jerónimo Erro