PRESENTACIÓN DE LA PLATAFORMA RESPETO POR NAVARRA

Europa vive estos días sumida en una psicosis terrorista. Aquí, en Navarra, también estamos sufriendo el ataque de unos fanáticos. Pero no se trata de islamistas radicales sino de los ultras del ateísmo, del relativismo y de la cristofobia que han organizado una exposición que hiere en lo más profundo las creencias de los católicos.

Esta exposición sacrílega, patrocinada por el Ayuntamiento de Pamplona que preside Joseba Asirón, y que cuenta con el aplauso de políticos relevantes de los partidos del gobierno regional, es una provocación en toda regla. Cualquiera diría que se está buscando con ella alguna reacción airada de los cristianos que, con las pertinentes manipulaciones, pudiera ser equiparable a las crueldades cometidas por los yihadistas. De esta forma, si cayéramos los creyentes en la trampa de una respuesta violenta, tendrían los ideólogos ateos una justificación para seguir diciendo que todas las religiones son iguales, que todas son violentas o injustas.

Si quieren reacción la van a tener. Porque Navarra, el viejo reino cristiano de Navarra, vive todavía. Y sigue llevando, como siempre, una cruz en el remate de la corona real de su escudo. Pero va a ser una reacción “a lo cristiano”: pacífica y en oración.

Vamos a rezar en primer lugar por ellos y por su conversión. Por los que se autoproclaman artistas y prostituyen la palabra “arte” para construir un marco arbitrario de impunidad para sus ultrajes. Para que descubran algún día que ese Cristo que pisotean es el camino, la verdad y la vida.

Vamos a exigir, con todo el derecho del mundo, respeto para los creyentes, por una convivencia en paz entre todos.

Vamos a seguir condenando, venga de donde venga, la pederastia así como cualquier escándalo que pueda salpicar a la Iglesia; procurando ser prudentes en nuestros juicios para que no paguen justos por pecadores.

Vamos a luchar por la libertad de nuestra madre la Iglesia, para que nunca nos falten las voces valientes de nuestros pastores.

Y vamos a pedir a todas las autoridades e instituciones que se definan ante este ataque gravísimo. Que den la cara. Que asuman las consecuencias de una decisión que ha supuesto un ultraje a lo más sagrado, a la convivencia en paz de los navarros, a la memoria de nuestros padres y abuelos, al sentido común más elemental.

“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” dijo Nuestro Señor en la cruz. No saben que Navarra es algo más que una finca sobre la que ejecutar sus planes ideológicos. No saben que sin el respeto a lo trascendente será imposible construir una sociedad armoniosa y humana. No saben que detrás del objeto de su sacrilegio se esconde el amor infinito de un Dios cercano.

www.respetopornavarra.wordpress.com