Van de anticastellanos pero el cuento que pregonan sobre la conquista de Navarra se parece bastante al que escribieron los liberales del XIX sobre los pobres comuneros de Villalar. Eso de utilizar la historia como un supermercado en el que se toma el trocito que más te gusta es un poco tramposo. Y peligroso. La historia no está para eso sino para estudiarla con la cabeza fría. Porque por esa regla de tres, lo mismo que nos fijamos en Amaiur podríamos emperrarnos en recordar los doce cañones que nos arrebataron por aquel entonces como trofeo los guipuzcoanos-castellanos y entonces… ¡al cuerno con la hermandad vasco-navarra!.
Todos esos rollos anticastellanos, como los antifranceses, fueron superados hace quinientos años. Las banderías de agramonteses y beaumonteses ya se extinguieron. Navarra, que era parte de Hispania desde tiempo inmemorial, siguió siendo un reino después de los estropicios del Duque de Alba y del cardenal Cisneros, siguió acuñando moneda, siguió teniendo tribunales, y cortes, y aduanas e instituciones propias. No hubo por tanto con en el cambio de dinastía de 1512-1521 ni pérdida del reino ni anexión sino una unión "eque-principal". Nuestro mayor trauma histórico -si eso es lo que buscan- lo produjo mucho después el liberalismo provincianista en 1840 y no la monarquía católica en 1512.
La parte más increible y graciosa de este cuento es ver a los nacionalistas zafio-vascos disfrazándose de caballeros legitimistas. ¡Hay que ver qué locuras es capaz de hacer un enamorado! ¿Por qué, de paso, no van a Misa en latín y tratan de reconstruir la jerarquía nobiliaria? Lo cierto es que en aquella coyuntura nuestros hermanos vascongados actuaron más bien como hermanastros. ¿Por qué no lo reconocen y nos dejan en paz? ¿Ahora llegan los de Guernica a socorrer a los defensores de Maya? ¿Les parece bonito venir a ayudarnos con 500 años de retraso?. Si algún vascongado quiere congraciarse de verdad conmigo le invito a que celebremos juntos lo de Las Navas contra Miramamolín, que ahí -salvo que se hayan pasado al moro- no hay confusión posible sobre cuál es el bando de cada cual.
O sea, que si quieren imitar a los defensores del castillo de Maya que se navarricen y se hagan monárquicos y que se dejen de cuentos. Lo siento por ellos, pero en esa fiesta de los 500 años no tienen nada que conmemorar ni los panvasquistas ni los republicanos.
Jerónimo Erro