Lo que está de verdad en crisis es el sistema educativo y no parece que hayamos tocado fondo. Para empezar el sistema educativo paterno, acomplejado por la imagen demonizada del educador autoritario. Y luego el de los colegios, cuyos profes pierden más tiempo haciendo papeleo que en tratar a los alumnos. La batalla por la libertad de educación (contra la EPC y lo que salga) procura a duras penas salvar algo de la quema, para que al menos los padres más conscientes puedan defender sus derechos. Sin embargo es difícil luchar cuando todo está en contra. Da la sensación de que los expertos en educación, como aquellos que han demostrado que demasiado ordenador atonta al personal, están menos valorados que nunca. Ya podemos montar museos u organizar actividades culturales profundas. Si uno no es capaz de aguantar diez minutos leyendo ¿de qué le sirve un museo?
Jerónimo Erro