Es imposible saber a ciencia cierta qué es lo que mueve a un grupo de jóvenes deportistas de alto nivel a asistir con gusto a una ceremonia religiosa con beso de reliquias incluido. Podría haber algo de superstición en este acto, no lo dudo, pero también mucho de fe cristiana sencilla, de la de toda la vida. El "diario de todos los navarros" (y propiedad de no-navarros), espejo ideológico de un grupo de intelectuales empeñados en "que a Navarra no la conozca ni la madre que la parió", tiene claro que Osasuna cometió un error al cumplir con esta tradición, al menos en lo que respecta a las reliquias. Y de paso, sin ser excesivamente mal pensado, también por poner una vez más en juego esa mezcla atávica tan humana que gusta de incluir un componente religioso en el momento de iniciar un curso nuevo. Estamos en un momento en que todo vale -incluso la gripe- como arma arrojadiza contra la religiosidad católica. Y no les extrañe a ustedes esa obsesión: nada se odia tanto como aquello que se traiciona.
Jerónimo Erro