Es el eterno asunto polémico y no nos podemos despegar de él. Porque es la vergüenza que nos está destruyendo como sociedad. Porque el aborto promovido como salida fácil, como negocio repugnante, como eliminación de maternidades no deseadas, como instrumento de masculinización de la mujer, como auténtica violencia de género es la incongruencia más escandalosa del pensamiento blando. De ese sentimentalismo simplón que es capaz de paralizar una carretera por salvar un huevo de pato y de construir cincuenta en un mundo sin niños. No es este un asunto religioso pero la gente religiosa vemos la gravedad del asunto con mucha mayor claridad porque somos más conscientes de que la ética flotante se puede convertir en una tiranía cruel si se desliga de conceptos como "creador", "origen del hombre", "persona", "transcencencia", etc. Ver a la Iglesia llevando la voz cantante en defensa de la vida no puede escandalizar mas que a los ignorantes. Que las últimas javieradas hayan sido una gran manifestación pro-vida es lo más normal del mundo.
Jerónimo Erro