Hace tiempo que me di cuenta de que hay más variedad y más riqueza y más libertad en los campanarios de dos pueblos vecinos que en todos los macdonalds del mundo. El día de la patrona parece que los campanarios son el estandarte de dos religiones distintas. Y si eso pasa con las piedras inertes no les digo nada con las vivas. Además de la sucesión papal -que daría mucho que hablar- hemos sido hace algunos meses testigos del relevo episcopal al frente de la Iglesia en Navarra. Y mira que hemos echado flores -los lectores más perseverantes se acordarán- a don Fernando Sebastián. Y mira que decíamos que dejaba el listón alto. Pues el caso es que don Francisco, a su estilo, también va poniendo bien arriba su listoncillo.
Para quien lo mira muy de lejos todo son curas. Pero bien mirado… hay mucho margen para dos talantes bien distintos que me niego a adjetivar porque lo que pueda decir ya lo sabe quien conoce a ambos pastores.
Si todavía no han oído a don Francisco acérquense, lean alguno de sus testimonios que va publicando aquí y allá, o vayan a Misa ¡caramba!. Si no les gustó don Fernando miren a ver si les dice algo don Francisco. Porque es lo mismo y no es igual. De verdad. Y si ni con esas se anima su esperanza vayan empezando a hacer novenas a San Judas Tadeo. Porque lo suyo es de traca.
Jerónimo Erro