Aunque la salida no haya sido en esta ocasión ideada por nuestros queridos progres pampilonenses algo tendremos que decir sobre el ridículo que están haciendo los nuevos contra-inquisidores del Parlamento español. Dicen que el Papa ha dicho sobre los preservativos, el SIDA y la sexualidad algo que realmente no ha dicho. Pero es igual. Ellos -acusatio non petita…- saben perfectamente lo que piensa Benedicto XVI. De hecho se lo saben todo porque para eso estudiaron en colegios de monjas y de curas. Lo triste del caso es que ahora que podrían vivir tranquilamente, liberados de la terrible responsabilidad que supone ir de inquisidor por la vida quieren imponer a diestro y siniestro toda clase de censuras y reprobaciones y tolerancias "cero" para quien no piense como ellos. Y les da igual que sea el Papa o el último monaguillo. ¡Pero hombre! Dejen al Papa que diga lo que quiera y respeten a los católicos un poquillo más. ¡Es que así no hay manera de montar un estado laico!
Jerónimo Erro