¿Instalarán controles también para vigilar en qué condiciones se manejan esos vehículos tan peligrosos que son los tres poderes del estado? ¿Por qué no? La propuesta sonaría a broma si fuéramos capaces de poner la mano en el fuego por todos los miembros de la casta política. Así que no es una broma. ¿Qué son unos pocos cientos de kilos de hierro rodando por la autovía a 120 Km/h comparados con la mastodóntica y vertiginosa máquina de la administración? No me pondré en plan platónico para exigir el gobierno de los filósofos, eso podría ser peor, pero confieso que no las tengo todas conmigo cuando pienso en el equilibrio espiritual de nuestros gobernantes y políticos. Así que no seré yo quien se oponga a que haya un pequeño control anti-dopping en la puerta del parlamento. Sería un gran servicio de la policía foral atender allí mismo un somero filtro que impidiera el paso a los drogadictos. Y a los abstemios.
Jerónimo Erro