Hoy -cosas del tiempo pascual- me he levantado más optimista que de costumbre. Y reflexionando sobre el panorama político y social se me ocurre pensar que estamos mejor. No es que estemos en una situación “idílica” –Aznar dixit- pero si que estamos un poquito mejor. El Partido conservador ha centrado sus metas, como siempre, en “conservar” los estropicios causados por los progres de izquierdas. No ha dicho “vamos a rebobinar”, no. Ha dicho: “vamos a quedarnos como estamos”. A pesar de su fama de veleta hay que reconocerle a ZP que no ha cambiado su rumbo. Rajoy sí. Porque ha sido el gallego quien se ha movido, aunque sea a remolque. Ha sido Rajoy quien ha renunciado a discutir con Zapatero sobre principios. En ningún momento ha querido centrar el debate político en el meollo ideológico: la memoria histórica, la ideología de género, la cultura de la muerte, la destrucción de la familia, por ejemplo.
Si hubiera ganado Rajoy, media España habría lanzado un gran suspiro de alivio, media España habría bajado la “tensión” –ZP dixit-, y media España estaría hoy, de hecho, consolidando el zapaterismo igual que en el 96 consolidó, de hecho, el felipismo. Una victoria -necesariamente justita- del PP habría desactivado la resistencia, habría cerrado en falso la crisis, nos habría desarmado. En definitiva: creo que estamos mejor, porque hoy esa media España cabreada es más consciente que nunca de lo mal que estamos. Porque el primer paso para la cura es reconocer la enfermedad.
Jerónimo Erro
