No creo que sea por la crisis porque la cosa ya venía de lejos, pero cada vez está más claro. La tendencia en este momento es centrípeta: lo que se lleva es la fusión. Cada vez hay menos empresas medianas. Lo mismo que le pasa a los peces, cada vez que una empresa pequeña se convierte en mediana corre el peligro de ser absorbida por alguna mayor. Cada vez las grandes son más grandes. A este paso acabarán fusionándose hasta los equipos de fútbol ¿por qué no? Si en parte ya sucede con los ciclistas no veo por qué no podría llegar a suceder con el deporte rey. Perderíamos, eso sí, el factor aglutinante que proporciona el sentimiento de los colores de la patria chica. Seríamos como los japoneses, pasando tan suavemente del feudalismo territorial al empresarial. Y lo mismo en política, que también ahí se lleva; que no nos despiste el desarajuste actual del centro-derecha en Navarra, ya verán Vds. que en cualquier momento vuelven los frentes. Y entonces vendrá en el mismo lote todo lo que conlleva lo grande, lo unitario, lo internacional, lo inhumano. Y después de la emoción primera habrá que desandar lo andado, otra vez, hasta encontrar el equilibrio feliz, la hermosura de lo pequeño.
Jerónimo Erro