La evolución ideológica del actual régimen partitocrático español ha ido claramente a peor de forma que el consenso y la tolerancia de la transición se han convertido en cainismo y afán de arrinconar al otro. Ese otro, por cierto y por simplificar, suele ser «lo católico y español». El caso es que nunca como con el actual gobierno del PSOE se había metido tanto el dedo en el ojo a tantos millones de españoles. Los ideólogos socialistas llevan años esforzándose por dividir a los españoles en asuntos sensibles como la libertad religiosa, la libertad de educación, el derecho a la vida, la unidad de España, la política lingüística, la memoria de la guerra del 36, etc. Por eso llama mucho la atención que los reyes de la discordia, que han procurado gobernar fastidiando a una mitad del electorado y engañando a la otra, clamen ahora patéticamente pidiendo un pacto, una tregua, un poco de agua, un alivio para sobrellevar el caos económico que se ha superpuesto al caos profundo de una sociedad cada vez más aborregada. Y lo más inquietante es que los portavoces electorales de hecho de la otra mitad que no soporta a ZP entren al trapo y se limiten a hablar de economía. Como si todo el desaguisado provocado por el potaje ideológico progre se pudiera solucionar con una bajada de impuestos o poniendo un ministro de hacienda sensato. Como si el pobre ZP no hubiera hecho nada mas que equivocarse en las cuentas.
Un comentario
¿Pacto?. Bueno, ya tienen el del Tinell ¿no?.