Sin rumbo y sin capitán.

En este sistema laboral que hemos ido pariendo desde hace medio siglo, toda la estructura es inamovible: no cabe la renuncia d derechos, ni la disminución de salarios de los trabajadores aun en tiempos de grave crisis. Resulta que hay centenares de miles de personas en paro (muchos de ellos sin prestaciones, las cifras son dramáticas, terribles) y ¡los salarios suben!
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Ayer vi a empleados de Ekilore en pacífica protesta (ante la tienda de la carretera a Aoiz) clamar en defensa de sus derechos: ¡ni una sola renuncia a los derechos adquiridos! Por la tarde, en mi despacho, atendí a un inmibrante parado, al que se había desahuciado de una casa que un propietario con poca verguenza le cobraba 800 euros mensuales. El hombre lloraba porque le resultaba imposible acceder a un empleo.

Los precios no se encuentran: los que tienen algo (trabajo o dinero o casas) aún no han comprendido que a ellos también les afecta la crisis: que hay que adaptarse. Pero nadie lo hace por una sencilla razón: nadie dirige el país; no se señalan objetivos comunes, no se imponen sistemas para que todos contribuyamos de consuno, cada uno conforme a sus posiblidades, claro.

 Nadie está dando las directrices comunes de un ajuste inexorable. El estado (los estados) hacen sus cuentas en secreto con la banca, y olvida la necesidad de todos los demás. En el Titanic, el gobierno sería un capitan que se desentiende del pasaje de 2ª y 3ª y se pone a buscar salvavidas solo para los "first class"

Esto es el sálvese quien pueda, con las demoledoras consecuencias de desorientación, daño para los más débiles, (léase bancos exigiendo más garantías de préstamos que concedieron demasiado alegremente, y claro, ahora les incomoda la incertidumbre… que padecemos todos) cerrazón radical de unos (¿por qué va mos a ser nosotros los que pagamos la crisis?), negación de la realidad (a mi me tienen que dar, tengo derecho… esto no me puede estar pasando).

Creo que los españoles somos capaces de reaccionar bien, fuertemente, de apostar por nuestra sociedad, que es muy valiosa y tiene recursos poderosos…. el problema es que necesitamos hacerlo coordinadamente, para evitar la sensación de ser un gilí… ya me entienden.

¿Donde esta el capitán? al menos ¿dónde está el sobrecargo?

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