En cuanto a símbolos, peor que descubrir la foto de mi mujer en la cartera del vecino es saber que le tiene preparada la cama para cuando se le ocurra visitarle. Porque es eso lo que me parece el rincón rojo en el escudo de la comunidad vecina. Una falta de respeto. Cuando les obligaron a retirar las cadenas fue como si sólo les pidieran que no hicieran público que se quieren acostar con ella. Manteniendo el hueco en un cuarto de su escudo nos han estado diciendo, a los que sabemos el hambre que gasta nuestro vecino, que nuestra santa tendrá siempre en su casa una cama caliente. Pues eso, a ver si aprovechamos el cambio de relaciones para pedirles que su interés se manifieste, como mucho, en algún piropo educado del tipo ‘pero qué guapa la tiene y qué suerte la suya, vecino’. Sin pasarse un pelo, ¿eh?