REFERENDUM DEMOCRATICO O DEMAGOGICO Estimado Director: Razones tiene Maragall y son de una preclara certidumbre, para reclamar dos horas más para el referéndum del Estatuto catalán, con el argumento de facilitar las votaciones. Ante la posibilidad de la baja participación, el cómputo total puede ser como el Sí a la Constitución europea: un pírrico 25% de los electores afirmó quererla. Hay que recordar que el Estatuto catalán de Sau, obtuvo en 1979 el 52,62% del total de electores (88,14% afirmativo sobre una participación del 59,70%). Esto hace pensar sobre la legitimidad de las leyes, sobre todo cuando son orgánicas. La legitimidad democrática no coincide con la legalidad cuando la igualdad no existe, y rebasa lo que es el consenso básico. Pero más allá del consenso básico para todo lo que puede ser considerado fundamental (defensa, terrorismo, educación, regulaciones civiles, etcétera), se encuentran las reformas o leyes que deberían superar las mayorías con que se aprobaron. Es decir, una ley de educación aprobada con un pírrico 55% debe y puede ser sustituida inmediatamente por otra de superior porcentaje a la mayoría simple, siendo deseable que su porcentaje fuera el mayor de todas las leyes de Educación. Eso legitimaría leyes orgánicas cuando superan a los porcentajes con que se aprobaron, siendo la oportunidad de las reformas fruto de la obsolescencia de la ley, y las necesidades reales de los ciudadanos que decidirán sobre estás amplias mayorías. Por eso la ampliación interesada a dos horas de Maragall, se complementaría al devenir sin tiempo de la soberanía ciudadana. ¿Porqué no votan los ciudadanos por artículos?. ¿Porqué no se admiten aquellos artículos o bloques votados que superen los porcentajes de voto de los sustituidos?. Esto me recuerda a lo de la anexión (¿?) de Navarra a Vascongadas (históricamente descendientes de Navarra) para que se vote. ¿No debería ser superior a lo aprobado en sus estatutos y en la Constitución? . ¿Caso de superarse, no deberían ser reversibles las decisiones tomadas superando el porcentaje obtenido?. Aplicado este principio, la democracia arrinconaría al menos un poquito a la demagogia. Todavía nos acordamos de los 3/5 necesarios para elegir las vacantes de jueces, por los vocales elegidos por los partidos políticos. José Carlos Navarro Muñoz