Lejos de entrar a interpretar el auto, por respeto y por prudencia, pero sí podemos hacer una valoración de cómo nos afecta a los objetores. Es cierto que nos hubiese venido bien que se nos concedieran las medidas cautelares para evitar los suspensos del próximo fin de curso y para aliviar un poco la presión a la que estamos sometidos los padres objetores. Nos hubiese venido bien para darnos un poco de respiro en esta situación dura en la que voluntariamente y con convencimiento nos hemos colocado .No ha sido así. Lo aceptamos.
Seguimos objetando, sin acudir a clase y presentamos recurso de súplica.Lo positivo de todo este asunto es que queden personas libres, capaces dehacer valer que la conciencia esté por encima de la ley y que el hecho de que se impongan leyes que violen las conciencias personales no deja de ser una vieja pretensión totalitaria.
En esta democracia en la que toda participación social se reduce a votar a cada cuatro años al partido que ha de gobernar o a votar el cartel de San Fermín por ejemplo, este aterrizaje de los padres en la política es una gran novedad.
Novedad, por el asociacionismo espontáneo, de padres, que ha surgido en toda España, para la defensa de sus derechos, sin discriminación de nadie por sus ideas o credo. Novedad por la participación social en la política y porque esta campaña se ha emprendido dentro de los mecanismos propios de un estado de derecho, sin llamamientos a la kale borroka, sin barricadas, acudiendo a los tribunales, ofreciendo alternativas y vías de diálogo.
Lo chocante es que desde el mismo Estado desde el cual se intenta inculcar "ciudadanía" según sus mensajes-propaganda, (en los decretos vemos que el objetivo de la asignatura es formar la conciencia moral de los alumnos), desde ese mismo Estado se ha negado toda posibilidad de diálogo, se ha negado recibir a los padres objetores a pesar de presumir de "talante" y de "diálogo" y se intenta desprestigiar el trabajo de las plataformas etiquetándolos con partidos políticos o determinados sectores sociales a los que el Sistema de lo Políticamente Correcto considera apestados . Desde la oposición, después de ofrecer la supresión de la asignatura durante toda la campaña electoral, se nos ha abandonado sin ningún escrúpulo. Apestados o no, los objetores a epc somos parte de la realidad social de este país. Puede que seamos minoría, que no lo creo, ¿pero el proteger los derechos de las minorías no es parte fundamental del Estado de Derecho?
La libertad de educación es un derecho fundamental consagrado en nuestra constitución. ¿No es de interés general proteger los derechos fundamentales? El interés particular no prima sobre el interés general, nos dice el auto, pero el interés general es el respeto a los derechos fundamentales. Estamos peleando por ello. Por nuestros hijos, por los de todos, seguiremos adelante. El precio de la libertad es caro. Estamos dispuestos a pagarlo.
Teresa Jaurrieta.