La Transitoria Cuarta de la Constitución.

No voy a extenderme en el significado de la Transitoria Cuarta de la Constitución. Ni en lo que históricamente supuso cuando se elaboró. Ni en su vigencia y validez actuales para, precisamente, impedir la integración de Navarra en Euzkadi. Como estuve en aquél proceso histórico y fui protagonista del hecho, en mi calidad de Diputado Constituyente por Navarra (UCD), no quiero que nadie, menos quienes jamás nos preguntan por ello a quienes sí sabemos qué pasó entonces y por qué se elaboró y cómo se aprobó tal Transitoria, no quiero que nadie, digo, ni tampoco quienes desprecian nuestro quehacer respecto a la Constitución, que suele coincidir con quienes votaron en su contra, aunque hoy aparezcan como adalides en su defensa, claro que arrimando el ascua a su sardina, no quiero que nadie, reitero, pudiera querer interpretar justamente al revés, por espúreos intereses, mis palabras, que son las que son.

Pero, intenciones bondadosas aparte, que hay que agradecer, bueno sería en cualquier caso que quienes tan reiteradamente se pronuncian por la supresión sin más de la Transitoria Cuarta, sin proponer la resituación de lo sustantivo de su contenido en –pongo por caso- la Ley de Amejoramiento, o su Reforma, si es que llega, antes de ello leyeran la tal Transitoria desprejuzgada y rigurosamente, desapasionadamente. Y la leyeran, que es lo verdaderamente fundamental, dentro de su propio contexto constitucional y estatutario. Quiero decir, que al compás de lo que establecen sobre la cuestión que nos ocupa tanto la Constitución Española de 1978 cuanto el Estatuto Vasco de 1979 (Artículos 143º, 151º y 152º cuando menos de la primera, y, particularmente, los artículos 1º y ss, y 47º.2 de este Estatuto).

Con ello, tal vez, llegaran aquellos y aquellas (personas y asociaciones o foros) a conclusiones menos osadas que las que uno, a veces, lee u oye sobre las maldades que acompañaron la elaboración de aquella Transitoria Cuarta, elaboración que jamás he dicho por cierto hasta la fecha a quienes correspondió, sobre las maldades que gravitaron en su inclusión en el texto constitucional de 1978, respecto a lo que alguno podríamos dar toda una amplia y “sorpresiva” explicación, que, desde luego, ignoran absolutamente (por más que pretendan darse por “enterados”) algunos y algunas de quienes ahora se dedican a dar conferencias sobre ello, o, por último, sobre las maldades –inmensas e intensas- de que hicimos y hacíamos acopio quienes, sobre todos, militando en aquella “nefasta y nefanda UCD” (dicen ellos, pero que gracias a UCD pueden hoy vivir en el actual sistema democrático, no gracias a lo que predicaban), fuimos los autores de tales fechorías.

Pedro Pegenaute Garde.
Diputado Constituyente por Navarra, por Unión de Centro Democrático (UCD).

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