En estos últimos meses, a raíz del incremento de su precio, la leche –junto con el pan-, ha copado no pocos titulares en los medios de comunicación y en algunas tertulias económicas ha sido el producto base de las discusiones. Es que desde Agosto el precio se ha disparado un 25 por ciento. Pero, de esto, no hay desde luego que mirar a los ganaderos -como hacen algunos medios-, que han vivido unos años muy duros y con precios muy bajos, obligados además a limitar su producción para ajustarse a una cuota muy baja impuesta por la Unión Europea –de 6 millones de tn para un consumo nacional de más de 9 millones de tn.
Pero el despegue económico de India o China ha disparado la demanda mundial y, por ende, ha aumentado su precio, este fenómeno se prevé que irá a más en los próximos años, lo que permitirá un respiro a un sector que debe ir preparándose para la liberalización de las cuotas en 2015.
Me parece que antes que criticar a los ganaderos, el productor de leche lleva una vida muy esclava (todos los días del año ordeña al menos dos veces), hay capacidad para producir bien y en mayor cantidad y además hay que fomentar el consumo de leche y productos lácteos de calidad, cuyo valor añadido es consecuencia de un mayor mimo que conlleva un coste mayor al productor.
