Las primeras palabras del Presidente electo, Donald Trump, han estado marcadas por un tono conciliador que contrasta con muchas de las demandas radicales de sus seguidores. Trump se ha agarrado a la narrativa de la mano tendida, con una llamada a la unidad y a trabajar juntos para construir una nación de la que todos se sientan orgullosos. El futuro Presidente ha dicho que buscará puntos en común con todos, la colaboración y no el conflicto. En su primera intervención, Donald Trump ha enmarcado su invitación a un futuro idílico con las referencias al recurrente sueño americano, que tiene tantos efectos positivos en el imaginario público. Para llevar adelante esta refundación de la grandeza americana, Trump tiene que contar con un poder legislativo dominado por los republicanos, lo que le confiere, en principio, un amplio margen. La decisión del pueblo ha inclinado la balanza hacia el Partido Republicano que tendrá 48 miembros en el Senado frente a los 45 Demócratas, y un Congreso que también tiene ese mismo color.