Por ejemplo podría la administración perseguir que en esta comunidad foral no se utilizaran banderas de otra comunidad en edificios públicos navarros, por empezar por algo sencillito y simple y demostrar al señor Tellechea que efectivamente la administración ha oído sus ruegos. O podría revisar, por ejemplo, qué se estudia en algunos centros, en el área de Conocimiento del Medio sobre Navarra, sus orígenes, sus tradiciones, sus instituciones… si lo que quiere es inspección educativa. O podría exigir Tellechea a su compañero de camino Ibarreche que cumpla la legalidad y cambie su decreto de educación, recurrido por el Gobierno de Navarra en los tribunales. No, esos casos no le interesan.
Lo que exige es que la Consejería inspeccione que los “colegios del Opus o cualquier colegio por muy de derechas que sea”, cumplan con los contenidos del bloque 2 de la EpC. ¿Por qué te imaginas, Tellechea, que no los imparten? ¿Hay alguna razón por la que sospeches que puedan no cumplirlo? Claro que la hay, y Tellechea lo sabe. La razón es que este bloque se refiere a relaciones interpersonales y participación. Claro que para hablar de relaciones interpersonales, es preciso comprender primero el concepto de persona. Y en el concepto de persona entra la antropología, la ética, la moralidad…. y del concepto de persona que se tenga derivará una posición ética u otra. El concepto de persona de EpC es uno. Uno concreto del que deriva una ética con una gran carga ideológica que Tellechea sabe que no todo el mundo comparte. De ahí vienen sus dudas, es lógico.
Tellechea acaba de demostrar que sabe de la asignatura de ciudadanía bastante más que muchos. Más que… ¡Enériz!, por poner un ejemplo actual.