Queridos Reyes Magos:
Este año he intentado portarme bien, aunque no sé si lo he conseguido porque han pasado algunas cosas malas que no entiendo.
Papá dice que los niños del Tercer Mundo siguen muriéndose de hambre. Y que en muchas casas los papás se pelean con las mamás y se marchan. En el cole muchos niños sacan malas notas y no respetan a los profes. Mamá dice que ahora han prohibido dar con la zapatilla, aunque no duela. A mí nunca me había hecho daño. En cambio, se puede matar a un bebé antes de que salga de la barriga de su madre sin que pase nada.
Pero los que mandan discuten por otras cosas que no sé qué son: las civilizaciones, un pacto con la tierra, unos estatutos y una república. También por algo de la ciudadanía y por un tren que va a venir a Navarra; ¡ah! y algo del vascuence y la normalización (no sé qué será: en google lo pones y es un lío). Yo no entiendo, pero seguro que saben más que papá, que está siempre trabajando para pagar no sé qué discoteca.
Y cuando matan a alguien por la calle y en la tele sale muy serio uno que casi siempre se está riendo, aún entiendo menos.
En fin, yo no quiero entender nada de todo eso tan raro. Sólo os quiero pedir que cuidéis de todos, y sobre todo que lo que os he contado al principio deje de ocurrir. Me habían dicho que escribiera la carta al lechero, como hacen muchos. Ya sé que será muy majo, pero los que venís siempre y estáis en todos los Belenes sois vosotros. Además, mamá me dice que lo que os he pedido es más difícil de conseguir que la Wi, la Play y todo eso, que para vosotros está chupado.
Bueno, gracias por lo que podáis hacer. Nos veremos el día cinco por la noche. Estaré por la Vuelta del Castillo, subido en un banco. Un beso.