No hay otra: conciencia y reacción

En menos de cuarenta y ocho horas posteriores al cierre de las urnas en los colegios electorales españoles, parecía vislumbrarse el desarrollo de un escenario post-electoral concreto: pretensión de reedición de la fórmula del Frente Popular. Pablo Iglesias y Pedro Sánchez se reunieron en el Congreso de los Diputados para firmar un documento de diez puntos basado en un pre-acuerdo de gobierno.

Cualquiera que haya leído ese documento puede, perfectamente, resumir todo su contenido en una frase: coacción absoluta y materialismo en vena, a costa de nuestra libertad, prosperidad y dignidad como personas humanas, con las correspondientes dosis de hispanofobia. De hecho, se tiene constancia de la esencia de todo bloque de composición de esa reedición política.

Al artífice de la culminación de la equiparación discursivo-estratégica del PSOE a PODEMOS (por cierto, en conformidad con una militancia bastante radicalizada, por decirlo de alguna forma) se le tendrán que sumar varios aliados peligrosos, que además de la filial del régimen narcocomunista venezolano, vendrán a ser fuerzas nacionalistas periféricas, totalmente liberticidas e izquierdistas.

Reiterarse cabe en que todo esto supondrá un peligro para España y para los españoles. Ante ello, uno se puede formular, perfectamente, la pregunta sobre lo que se debe y tiene que hacer para contrarrestar todo esto. Mantenerse en el sofá o en la barra del bar, sin más, no soluciona nada (por tanto, no se puede considerar como una respuesta válida).

El escaño y/o el voto sin más no sirven

Hay gente, tanto dentro como fuera de España, que está ilusionada por la irrupción de la formación de Santiago Abascal (VOX) en las instituciones (más aún con los cincuenta y dos escaños obtenidos el pasado día 10 y unas cifras no solo positivas en las zonas más “de derechas” del área metropolitana capitalina y determinadas regiones).

La entrega total del PP a la izquierda ha devenido en una nueva “opción de voto útil”, a juicio de algunos partidarios de determinada batalla. Se entiende que VOX es una formación que ha abierto determinados debates en materias como la ideología de género, la inmigración ilegal y la Desmemoria Histórica, aunque su fuerte haya sido el discurso nacionalista español.

De hecho, es legítimo depositar confianza (interés en depositar voto, mantenimiento de esperanza…) en el nuevo grupo parlamentario (con suficientes escaños para presentar recursos de inconstitucionalidad), que de hecho tiene algunos diputados que son personas de muy buena fe (sí, pese a la lástima que supone la inexistencia de circunscripciones uninominales).

Pero todo necesita de un sustento para poder funcionar correctamente (dejando aparte las críticas al sistema partitocrático español). Así pues, del mismo modo que un comercio necesita de suficientes ingresos por ventas para seguir creciendo o un dispositivo portátil necesita de una batería, la acción política necesita de un buen sustento sociológico.

Movilización, formación y actividad masiva así como un mínimo común “no negociable”

El proceso contrarrevolucionario, a librarse en conformidad con nuestra conciencia y la satisfacción de nuestro honor, requiere tanto de suficiente formación para comprender mejor lo que ocurre y mejorar las necesarias destrezas como de una actitud de osadía y valentía (la cobardía es una modalidad de entreguismo indirecto, de silencio cómplice).

Las referencias bibliográfico-intelectuales, recomendablemente, tanto contemporáneas como “clásicas”, han de provenir de las corrientes de pensamiento escolásticas, tradicionalistas y libertario-conservadoras (la Escuela Austriaca ha de servir como eje, igual que la de Salamanca). De hecho, conviene indicar que Internet provee un mayor acceso al conocimiento.

Adicionalmente, hay que combinar dos campos de batalla: las redes sociales y otras plataformas virtuales (portales web, medios de comunicación, foros…) y el espacio físico público (en otras palabras, lo que implicaría actuar a pie de calle, lo cual no consiste, sin más, en la mera asistencia a un mitin político ocasional). Podemos tomar como modelos los marcos de acción texano y polaco.

Por otro lado, si bien no se puede transigir la negación de principios como la defensa de la dignidad humana (desde la fecundación hasta la muerte natural), digamos que es posible aunar, en torno a la defensa de los principios de la tradición católica hispana y del orden espontáneo, sin intransigencias, a diversas corrientes (libertarios y tradicionalistas están llamados a entenderse).

Sin toma de conciencia no hay solución

Una vez dicho lo anterior, conviene indicar que si no se es consciente de esta realidad así como de la necesidad de renunciar a los complejos, el mal seguirá avanzando. La izquierda, bueno, todas esas hordas liberticidas, beneficiarias de una heterogénea y poliaspectual hegemonía, entendieron que la movilización era imprescindible. Así que conviene lo que conviene, sabiendo hacerlo bien.

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