Tu pensión zombie

A cuenta del decreto ómnibus, casi todos los partidos están entrando en una absurda competición a ver quién es el que sube más las pensiones, aunque ya las pensiones actuales sean impagables. La búsqueda de la popularidad predomina sobre la búsqueda de la racionalidad. Naturalmente el español medio puede renunciar a saber la verdad sobre las pensiones, pero si no renuncia a ella tiene derecho a conocerla. Y la verdad con o sin decreto ómnibus es una realidad cruda.

Hace ya 12 años que las pensiones no se pagan con las cotizaciones. Conviene recordar este dato porque, como se siguen pagando las pensiones, los negacionistas aseguran que no hay ningún problema con el sistema, que no existe ningún agujero y que quienes dicen que lo hay son unos agoreros que llevan 40 años con la misma monserga. Pues bien, en 2024 faltaron 30.000 millones para poder pagar las pensiones con las cotizaciones. ¿Qué significa esto?

Si las pensiones no se pueden pagar con las cotizaciones, en primer lugar hay que decir que la incapacidad del sistema para pagar las pensiones no es una profecía agorera del futuro, sino que es ya una descripción del presente. El sistema tiene un agujero de 30.000 millones (en realidad más) que será todavía mayor este año y mayor´aún el que viene. ¿Cómo se pagan entonces las pensiones? ¿Cómo es que incluso suben las pensiones?

Como las cotizaciones ya no bastan para pagar las pensiones, porque la proporción entre cotizantes y pensionistas no lo permite, lo que está haciendo el estado hace años es endeudarse para pagarlas, subir impuestos y dedicar a pensiones dinero de los presupuestos que se desvía de educación o sanidad. Cada año, además, el trozo de los presupuestos que se llevan las pensiones es mayor. ¿Hasta cuándo se puede mantener la ficción? Hasta que sea insostenible pagar las pensiones y mantener el resto de gastos del estado. Esto sucederá más tarde o más temprano o por la llegada de una crisis o por el mero paso del tiempo, según los actuales trabajadores de la generación baby-boom (1958-1975) se vayan jubilando. Endeudarse o usar el dinero que se deja de dedicar a los colegios o los hospitales para pagar las pensiones permite ofrecer la ficción de que el sistema de pensiones tiene suficientes ingresos o incluso que hay una hucha con un remanente. Se trata sin embargo de una ficción porque las pensiones ya no se pagan con las cotizaciones, tirar del resto de ingresos del estado incrementa el endeudamiento y resta recursos para los servicios esenciales del estado, y así y todo las cuentas del estado están descuadradas, incluso en tiempos de bonanza, y son crónicamente deficitarias en torno a un 3% anual. Esta es la dura realidad que impone la pirámide de población sobre un sistema que se basa en que los cotizantes que están abajo y son una cantidad menguante tienen que sostener a los pensionistas que están arriba y son una cantidad creciente. El colapso de las estafas piramidales se basa en este problema. Es más, por alguna extraña razón los negocios piramidales son un delito en España menos la Seguridad Social, aunque la base de la Seguridad Social se basa en el mismo esquema de funcionamiento que las estafas piramidales.

¿Puede la inmigración resolver el problema? Parece bastante evidente que no. Para resolver el problema aumentando la natalidad ya llegamos tarde. Pasarían al menos dos décadas entre el niño que nace hoy y el futuro cotizante. La inmigración como alternativa a la natalidad presenta un problema evidente y es que no sólo hacen falta habitantes para sostener la pirámide, lo que hacen falta son cotizantes. ¿A cuántos inmigrantes podemos convertir en cotizantes? La tasa de paro en España, incluso con maquillaje, es del 10,6%. O sea, que ya en la situación actual somos incapaces de ofrecer trabajo a todos los habitantes de España. A fecha de hoy tenemos 21,8 millones de ocupados, 2,6 millones de parados y 9,3 millones de pensionistas. ¿Qué sucede si de golpe incluyéramos a 10 millones de inmigrantes? En vez de resolver el problema de las pensiones, seguiríamos teniendo a 21,8 millones de ocupados y 9,3 millones de pensionistas, pero encima tendríamos 12,6 millones de desempleados.

La inmigración sólo puede ser un apoyo en la medida en que generemos empleo para ocupar a toda esa inmigración que llega. En la medida en que la inmigración que llega es superior a nuestra capacidad de ofrecer empleo, no sólo no resolvemos el problema de las pensiones sino que generamos nuevos problemas: desempleo, marginalidad e inseguridad, todo lo cual además implica nuevos gastos para el estado en vez de nuevos ingresos. A ello podríamos añadir además el problema del reemplazo poblacional y cultural. De todos modos aunque esto último no nos preocupara tampoco se resolvería el problema de las pensiones.

Los negacionistas del problema deberían preguntarse por qué si no existe ningún problema todos los años nos aumentan la edad de jubilación, que ha pasado de los 65 a los 66 años y 8 meses para 2025. En los últimos se les han hurtado a los cotizantes 1 año y 8 meses de pensión, o sea 23 pagas. Tomando como referencia una pensión media, esto son unos 32.000 euros que se le dejan de pagar a un español promedio de pensión. Irónicamente, por otro lado el estado sube las pensiones para mantener la ficción. Y casi todos los partidos votan a favor porque es impopular decir la verdad a la población.

Comenzábamos diciendo sin embargo que es mentira que el sistema de pensiones vaya a quebrar, y en esto los negacionistas sí que llevan un poco de razón. Esta parte del diagnóstico quizá la estamos contando mal. Es decir, no va a llegar un momento en que el sistema de pensiones va a quebrar en el sentido de que las pensiones se van a dejar de pagar por completo y la pensión va a ser cero euros. Lo que va a suceder es que el dinero disponible para pagar las pensiones será X a repartir entre un número N de pensionistas, y el resultado de la división será lo que realmente se pueda pagar. Desde luego no serán las cifras actuales y puede que sean la mitad. O sea, que no es el sistema de pensiones sino usted el que quebrará.

¿Significa esto que les estamos intentado vender un plan de pensiones privado? En absoluto. Tratamos de decirles la verdad y hagan ustedes lo que quieran con esa verdad. No sería si sucede, por ejemplo, la primera vez que un estado al quedarse sin dinero confisca los planes privados de pensiones. Hay países, como Suecia, en los que es el estado el que ofrece un sistema mixto y una gestión pública de los fondos de pensiones, si usted no se fía de lo privado. Existen otras opciones, como invertir en vivienda. Lo que no es una opción es mentir a la gente.

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