La Ley de Vivienda que justo hace un par de años aprobaba la izquierda ha demostrado ser un desastre. Su ineficacia es evidente, ¿o acaso se ha resuelto el problema de la vivienda dos años después? Es más, los mismos que nos vendieron la Ley como la colección de medidas que iban a resolver el problema de la vivienda, resulta que ahora nos dicen que hay que reformar esa ley, que hacen falta nuevas y más ambiciosas medidas para paliar los efectos las nuevas y ambiciosas medidas que nos han colocado en el presente desastre. ¿Qué será lo siguiente? ¿Otra ley que resuelva los problemas de esta ley que pretende solventar los problemas de la ley anterior?
La Ley de Vivienda dispara los precios y hunde la oferta dos años después de entrar en vigor https://t.co/yYUz6nMAYl
— expansioncom (@expansioncom) May 28, 2025
Los datos son tumbativos. Dos años después de la entrada en vigor de la Ley, los precios han subido de forma generalizada en toda España, tanto en lo que respecta a la compra como al alquiler, pero no han subido un poco sino de manera estrepitosa. Y eso que la Ley consagraba todas aquellas recetas tan cacareadas como la promoción de vivienda pública, la imposición de porcentajes del 50% de VPO, determinación de “zonas tensionadas” y consiguiente establecimiento de límites a los precios del alquiler, o blindaje de la okupación y desprotección de la propiedad. Los resultados están ahí.

Desproteger y perseguir a los propietarios que ponen pisos en alquiler es como perseguir y desproteger a los panaderos. ¿Puedes quejarte después si no tienes pan? Si quieres más pan, lo que tienes que hacer precisamente es estimular la apertura de panaderías y proteger a los panaderos. Los propietarios de pisos no son el enemigo. El enemigo es la falta de pisos.

La izquierda por lo demás ha creado, enfrentando a la gente como siempre, un falso dilema y un falso antagonismo entre los inquilinos y los propietarios de pisos. No se trata de elegir entre proteger a los unos o a los otros. El gobierno tiene que proteger a los dos. Las leyes tienen que proteger al propietario y darle seguridad, porque la seguridad es la mejor forma de estimular la inversión, la construcción, el aumento del parque de pisos y la oferta de venta y alquiler de vivienda, con la consiguiente caída de precios. La escasez de cocos se combate con la abundacia de cocos, plantando palmeras, no topando los precios o redistribuyendo los cocos. El resultado de redistribuir escasez sigue siendo escasez. Si tienes 10 personas y 8 pisos puedes topar los precios o redistribuir los pisos, pero te seguirán faltando pisos. Para lo que sirven los precios altos es para incentivar la construcción de más pisos, lo que no puedes hacer es topar los precios y porque odias a los constructores y no quieres que haya más pisos. Lo que tienes que hacer con los impuestos es ayudar a la gente pobre con un alquiler social, en vez de blindar a los ladrones y los okupas. Ya puestos, lo que tienes que hacer es una política económica que permita a la gente encontrar empleo y pagar su piso o su alquiler, convirtiendo la pobreza en excepción. Importar personas muy por encima de la oferta de empleo o de la oferta de vivienda tampoco parece la mejor elección.
De una casa de 140.000€ estamos pagando 39.000€ en impuestos.
— David | Real Estate & Bolsa (@DavidRealStocks) May 27, 2025
El 22% del precio de una vivienda son impuestos.
Si sumamos impuestos indirectos y tasas supera el 30%
Si el gobierno quiere bajar el precio de la vivienda lo tiene fácil, pero prefieren sacar tajada del problema. pic.twitter.com/9ghbp2okJt
Entre los problemas para los que sólo se aceptan recetas probadamente fracasadas y trasnochadas, y los problemas cuya existencia no se puede aceptar, es difícil que se pueda encontrar una solución. En vez de una solución tendremos una nueva Ley. Como la nueva Ley incide en las mismas recetas que la vieja, dentro de dos años tendremos otra Ley más. Lo que no será nuevo dentro de dos años es el problema, que estará igual o peor.